La ONG Grandes Amigos ofrece acompañamiento afectivo para mayores

Poder huir de la soledad cuando no es deseada

Poder huir de la soledad cuando no es deseada
“La noche es lo peor”. Cuando apaga la tele, cuando ya no se escucha a nadie por la calle a través de la ventana, es cuando la soledad se hace más grande en el sótano donde vive Ángeles, de 90 años. La soledad, un sentimiento subjetivo pero que puede llegar a tener efectos en el bienestar y la salud física y mental, no solo en la vejez, sino a cualquier edad.

Pese a toda una retahíla de operaciones que complican su movilidad, Ángeles aún puede subir las escaleras que le dan acceso a la calle (no tiene ascensor) y pasear por su barrio, saludarse con algunas vecinas y, sobre todo, quedar con su amiga Hania. Les separan casi 60 años, pero son “grandes amigas”: ambas se aprecian, se cuidan, se apoyan y disfrutan juntas de la vida todas las semanas, junto a Antonia, de 83 años, quien completa este triángulo de amistad y vecindad que nació hace un par de veranos. En ese sofocante mes de agosto que vacía las calles de las grandes ciudades y ahonda la soledad de tantas personas mayores, estas tres mujeres tuvieron la fortuna de coincidir en unas minivacaciones en la sierra organizadas por la ONG Grandes Amigos. Ahí empezaron a ganarle la batalla diaria a la soledad.

La historia de Ángeles, de 90 años, puede ser la de cualquier persona que esté leyendo estas líneas. A lo mejor ahora no te reconoces en esta mujer que vive sola en un sótano del madrileño barrio de Vallecas, con pocos recursos, con una salud mermada, sin apenas familia ni red social.

Quizá llegues a mayor en otras condiciones, pero lo que nos une -y no queremos ver- es la posibilidad de envejecer sintiéndonos solos, sin una voz amiga que nos escuche, nos comprenda, nos haga reír y nos trate de igual a igual, sin caridad, sino desde el apoyo mutuo y el afecto recíproco que se proporcionan de manera natural y voluntaria los amigos o unos buenos vecinos. Y eso es lo que hacemos en la ONG Grandes Amigos, sembrar relaciones afectivas que permitan envejecer con dignidad a cualquier persona.

Este objetivo cobra aún más sentido en un mundo cada vez más individualista, materialista e impersonal como el actual, que se empeña en rechazar la vejez y, por tanto, que discrimina a las personas mayores de hoy como Ángeles, pero también a quienes hoy son más jóvenes, pues ¿quién no aspira a ser mayor?

Desde Sé Solidario apoyamos a la ONG Grandes Amigos para que cada vez más personas mayores disfruten de su labor de acompañamiento afectivo y socialización, contribuyendo a construir una sociedad más inclusiva e igualitaria que no discrimine ni aísle por el mero hecho de envejecer.