Pérdida de conciencia transitoria

Es un problema el conducir un vehículo para aquellas personas que han sufrido un episodio de pérdida espontánea de conciencia

Realmente es un problema el conducir un vehículo para aquellas personas que han sufrido un episodio de pérdida espontánea de conciencia. La National Institut for Health and Clinical Excellence (NICE), de Londrés publicó una guía sobre la pérdida de memoria transitoria.

El estudio aborda el manejo de las pérdidas de conciencia transitoria en adultos y jóvenes mayores de 16 años. Las definieron como “la pérdida espontánea de conciencia con recuperación completa, sin que persista ningún tipo de secuela ni déficit neurológico”. Y señalan que las causas más frecuentes son las cardiovasculares, seguidas de las neurológicas y las psicógenas.

Para los pacientes que sufren este tipo de enfermedad es importante realizar una buena historia clínica, que recoja detalladamente el suceso, así como los antecedentes de interés. Además, la exploración física debe ser completa, incluyendo la toma de constantes, la exploración cardiopulmonar y neurológica, así como la búsqueda de lesiones secundarias (mordedura de lengua o contusiones). Al mismo tiempo, es prioritaria la realización de un ECG (electrocardiograma) y valoración por cardiología urgente (24 horas). También se debe determinar la glucemia, hemoglobina u otros parámetros que se sospeche que puedan estar alterados.

En la guía de NICE, detallan que si el electrocardiograma es normal y no hay signos de alarma desde el punto de vista cardiovascular, el médico debe valorar si se trata de:

  • Síncope vasovagal: que ha podido verse provocado por estar mucho tiempo de pie o existen episodios previos que se han evitado al acostarse, precedidos de pródomos como sudoración o sensación de calor previo.
  • Síncope situacional: no hay datos que sugieran otras causas y además se han ocasionado al orinar, al toser o al deglutir.

Si los síntomas no pueden ser etiquetados como vasovagales y situacionales, se debe valoras si puede tratarse de:

  • Epilepsia: mordedura de lengua, giro de la cabeza hacia un lado durante el episodio, no guardar memoria del episodio que ha sido presenciado por otra persona, sacudidas prolongadas de extremidades, confusión posterior. Si se sospecha de epilepsia se debe remitir el paciente al neurólogo (debe ser visto en dos semanas).
  • Hipotensión ortostática: se deben de confirmar los cambios de presión arterial, valorar posibles causas como fármacos y asesorar al paciente.

Si no podemos etiquetar el episodio en ninguno de estos apartados, se debe de remitir al paciente al cardiólogo.

En aquellos pacientes que están pendientes de estudio por el especialista, habrá de aconsejarse la no conducción de vehículos y limitar la actividad física en los que están pendientes de valoración por cardiología.