Conducción con discapacidad auditiva

Diagnóstico y consejo para la prevención de accidentes viales

Diagnóstico y consejo para la prevención de accidentes viales

Doctor Aldo Muñiz
Médico Interno Residente de Atención Primaria

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como discapacidad auditiva (DA) a la pérdida auditiva superior a 25dB, dentro de este concepto también se incluyen la hipoacusia, la sordera y la sordera profesional. 1

Una pérdida significativa de la audición puede afectar al rendimiento y la seguridad en la conducción.2 Suele acompañarse de restricciones en la actividad cotidiana, afectando las habilidades de comunicación y de interacción con el medio, teniendo importantes repercusiones físicas, psicológicas y económicas.3

Epidemiología

En 2009, la OMS estimaba que a nivel mundial el número de personas con DA era de 278 millones. En Europa, cerca de 71 millones de adultos entre los 18 y 80 años tienen pérdida auditiva, y en España se estima que cerca del 10% de la población entre 6 y 65 años tiene algún tipo de DA. 4

El grupo etario con mayor prevalencia de esta discapacidad son los adultos mayores (adultos con más de 65 años), siendo también en este grupo la tercera enfermedad crónica más frecuente. Pero no son el único grupo afecto ya que estudios realizados en Canadá, Estados Unidos y Europa, informan de que la audición se empieza a perder 20 años antes que en el pasado, por lo que cada vez es más frecuente la pérdida de audición en gente joven.5

Clasificación

La DA puede clasificarse según su origen como:

  • Neurosensorial o de percepción (por alteraciones que pueden afectar a la cóclea, nervio auditivo, o a las vías neuronales del sistema nervioso central).
  • De Conducción o transmisión (dificultad para la transmisión normal del sonido a nivel del conducto auditivo externo, membrana timpánica u oído medio).
  • Mixta (combinación de las dos anteriores).6

También es posible clasificarla según el grado de pérdida auditiva en:

  • Leves: El umbral auditivo se encuentra entre 41-71dB.
  • Medias: La pérdida auditiva se encuentra entre 41-70 dB.
  • Graves: La pérdida auditiva se encuentra entre 71-90 dB.
  • Profundas: La pérdida auditiva supera los 90dB y se sitúa entre 91-100 dB.3

Diagnóstico

Para el diagnóstico de la DA es necesario realizar una adecuada anamnesis seguida de una otoscopia adecuada y la exploración de la función auditiva con pruebas específicas.3

  • Anamnesis:
    Para una adecuada anamnesis debemos poner especial interés en los siguientes aspectos:
    • Forma de inicio: si la aparición fue brusca, en un periodo inferior a 72 horas y con frecuencia en un solo oído (sordera súbita) o durante periodos largos de tiempo en ambos oídos (presbiacusia).
    • Si existe fluctuación o progresión (enfermedad autoinmune, neurinoma del acústico).
    • Si puede entender las palabras habladas o por el contrario oye pero no entiende (presbiacusia en ancianos, neurinoma del acústico).
    • Si empeora en lugares ruidosos (hipoacusia neurosensorial) o por el contrario mejora (otosclerosis).
    • Si asocia otorrea u otalgia (otitis media, laberintitis, tumores del oído externo, tumores del cavum).
    • Si se ha relacionado con submarinismo, viajes en avión o traumatismo craneal (barotrauma o fractura del hueso temporal).
    • Si hay una historia previa de infecciones o de cirugía del oído (iatrogenia).
    • Si asocia acúfeno, vértigo o desequilibrio (enfermedad de Menière).
    • Si hay una historia familiar de hipoacusia (hipoacusia familiar).
    • Si existe ingesta previa o concomitante de medicaciones ototóxicas (ototoxicidad).
  • Otoscopia: La otoscopia se centra en el examen de los oídos, la audición y en el examen neurológico. Con la otoscopia se inspecciona el oído externo para comprobar si hay obstrucción, infección, malformaciones congénitas y otras lesiones. La membrana timpánica se examina para determinar si hay perforación, secreción, otitis media y colesteatoma. Durante el examen neurológico, debe prestarse especial atención a los pares craneales II y VII así como a la función cerebelosa y vestibular. La prueba de Weber y de Rinne, requieren un diapasón para diferenciar la hipoacusia de conducción de la neurosensorial.
  • Exploración de función auditiva con pruebas específicas: Existen múltiples exploraciones complementarias que nos ayudaran a realizar el diagnóstico de una DA. Tratándose de salud y seguridad vial, menciono sólo la “Audiometría tonal” por ser la prueba con la que la Dirección General de Tráfico evalúa la agudeza auditiva.

La audiometría tonal es la prueba esencial en un paciente con discapacidad auditiva, consiste en la detección de sonidos puros por el paciente, emitidos a diferentes frecuencias (de 125. 8,000Hz) e intensidades (de 0-120 dB). El resultado de esta prueba nos permite diferenciar claramente si se trata de una hipoacusia de trasmisión o de percepción, establecer el grado de hipoacusia y el porcentaje de pérdida.6

Tratamiento

El tratamiento de la DA dependerá de la causa, localización y severidad de la hipoacusia. Se pueden dividir en tratamientos médicos, quirúrgicos y audífonos convencionales.7

En cuanto al uso de audífonos auxiliares para audición, hay que señalar que la amplificación del sonido ayuda a muchas personas y aunque estos dispositivos no restablecen la audición normal, pueden mejorar significativamente la comunicación.

Los médicos debemos alentar el uso de audífonos y ayudar a los pacientes a superar un estigma social que sigue obstaculizando su uso, quizás haciendo la analogía de que los audífonos son a la audición como las gafas a la visión. 4

Normativas de la Dirección General de Tráfico (DGT) en relación con la discapacidad auditiva

La DGT basada en el apartado 2 del Anexo IV del Real Decreto del B.O.E sobre aptitudes psicofísicas para obtener o renovar el permiso de conducir, establece dos niveles de índice de pérdida auditiva combinada (IPC) para los dos grupos de permisos (profesionales y normales).

La normativa exige que para conducir no debe existir una pérdida de audición combinada entre los dos oídos, con o sin audífono, de más del 45% para el grupo 1 (AM, A1, A, B, B+E y LCC) y de más del 35% para el grupo 2 (BTP, C1, C1+E, C+E, D1, D1+E, D, D+E) obteniendo el índice de esta pérdida mediante la audiometría.

Además, cuando se presenta un déficit sensorial, la DGT obliga a realizar un mecanismo compensatorio basado en potenciar la capacidad de otras aéreas sensoriales, tales como la visión. En el caso de la hipoacusia es obligatoria la utilización de espejos retrovisores exteriores y uno panorámico en el interior del coche. De esta manera se aumenta el campo visual del conductor.

También establece que no deben existir alteraciones del equilibrio (vértigo, inestabilidad, mareo, vahído) permanentes evolutivos o intensos de origen otológico o de otro tipo.8

Consejos para el paciente con discapacidad auditiva

La DGT (Dirección General de Tráfico) establece los siguientes consejos:

  • Las hipoacusias por “trauma acústico” deben evitarse mediante la utilización de cascos en ambientes de trabajo ruidoso y seguir las recomendaciones de los servicios de medicina laboral.
  • Las personas que padecen hipoacusia y la conducción forma parte de su actividad laboral, deben comprobar siempre la disposición y orientación de los espejos retrovisores del vehículo que utilicen para mejorar su campo de visión y compensar la pérdida de audición.
  • Se debe evitar conducir con el volumen de la radio/música elevado, dificultará la percepción de sonidos emitidos, tanto del propio vehículo como los procedentes del exterior.
  • Los conductores con audífono, deben respetar las revisiones y mantenimiento de las prótesis, evitando que pueda dejar de funcionar o provocar distorsiones acústicas.
  • Ante los cambios en las prótesis (modelo de audífono diferente), deben evitar conducir hasta comprobar que se adaptan al nuevo.
  • Tras intervenciones quirúrgicas del oído, evitar conducir durante 3 ó 4 semanas.
  • No consumir bebidas alcohólicas si va a conducir.
  • Los conductores profesionales en situación de baja laboral, o conductores habituales en su trabajo, deben conocer si incurren en algún problema legal conduciendo durante el período de baja laboral.
  • Los pacientes en tratamiento por alteraciones del equilibrio o vértigos, deben conocer que los medicamentos que se recetan para estas patologías pueden afectar su capacidad de conducir.

Conclusiones

La OMS reclama desde 2007, con la promoción del Día Internacional de la Audición, mayor concienciación de la población sobre los problemas de audición y la importancia de su prevención y su detección precoz. Los médicos especialistas en atención primaria somos el primer contacto sanitario del paciente con DA, es por eso que debemos estar preparados para realizar un diagnóstico oportuno de todos los trastornos de la agudeza auditiva. Se debe tener en cuenta siempre todo el espectro biopsicosocial que engloba al paciente y esto incluye su capacidad para conducir; nosotros tenemos obligación de orientar al paciente y sus familiares sobre todos los temas relacionados con su enfermedad.

A pesar de las reticencias para la adopción de prótesis de los conductores adultos y de los pacientes que han perdido audición de manera traumática, debemos alentar el uso de auxiliares auditivos y otros tratamientos que pueda recomendar el especialista como implantología auditiva según la gravedad del caso que se nos presente, poniendo siempre especial interés en la mejora de la calidad de vida del paciente.

En todos los pacientes en los que la capacidad para conducir pueda estar comprometida, ya sea por un disminución de la agudeza auditiva, o por otra causa, debemos estar atentos a los primeros signos de dificultad, interrogando al paciente y los familiares sobre estas posibles señales: Daños en el coche, inconformidad sobre la forma de conducir por parte de los pasajeros e inclusive antecedentes de algún accidente, sin olvidar nunca nuestro importante papel en la prevención de accidentes.

 

 

Bibliografía:

  1. World Health Organization 2009-09-01. Accesado el 10 de Junio 2009.
  2. Warshaw, G, Moqeeth, S. Hearing Impairment. In: Practical Ambulatory Geriatrics, Yoshikawa TT, Cobbs EL, Brummel-Smith K (Eds), Mosby, St. Louis 1998. p.118.
  3. Amor Dorado JC, Costa Rivas, C, Barreira Fernández Mdel P, Hipoacusia en adultos.Ed. Elsevier. España 2014.
  4. Turiel Lobo M.P. Sordera. Cap. 2.12. Guía de actuación en atención primaria de la SemFYC.  4ta Ed.SemFYC. Barcelona, España 2011.
  5. Chávez,M. Alvarez, Y. De la Rosa, A. Virgen, M. Castro, S. Déficit Auditivo en Pacientes Atendidos en Otorrinolaringología del IMSS en Guadalajara. Rev. Med. Inst. Mex. Seguro Soc; 46 (3): 315-322
  6. Isaacson B. Hearing loss. Med Clin North Am. 2010 Sep;94(5):973-88. PubMed PMID: 20736107.
  7. Zadeh MH, Selesnick SH. Evaluation of hearing impairment. Compr Ther. 2001;27(4):302-10. PubMed PMID: 11765688.
  8. Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento General de Conductores.