Control de presión de los neumáticos
TPMS Tyre Pressure Monitoring System
Objetivo
Los sistemas de control de presión de los neumáticos (TPMS) controlan que se mantenga la presión indicada por el fabricante.
Funcionamiento
Existen dos tipos de sistemas TPMS:
- Sistema Directo: Se mide la presión a través de un sensor que tienen ubicado en la válvula de la rueda.
- Sistema Indirecto: En este caso se mide la presión por la diferencia de la velocidad de giro de un neumático respecto a otro que no haya sufrido ninguna pérdida de presión. Esto se determina porque una rueda que ha sufrido una pérdida de presión tiene un diámetro menor, por lo que gira más rápido.
El sistema requiere ser reiniciado, memorizando las nuevas presiones, una vez que hemos comprobado y ajustado la presión de los neumáticos, de esta forma, el sistema las considerará como correctas y le servirán como referencia para realizar las comparaciones. El reinicio de los sistemas dependiendo del fabricante se realiza de dos maneras:
- A través del menú personalizable del cuadro de instrumentos o consola central.
- Mediante un pulsador situado en la consola central.
Componentes
- Sistema de control directo. Este sistema de control de la presión de los neumáticos, consta de 3 elementos distintos:
- Cuatro módulos sensores-emisores, instalados en cada válvula de las ruedas (algunos fabricantes incluyen también otro en la rueda de repuesto). Cada módulo incorpora un sensor de presión-temperatura y un interruptor inercial activado por el giro de la rueda para determinar que el vehículo está en movimiento. Una pila de litio alimenta al módulo sensor-emisor con una vida de aproximadamente 10 años.
- La unidad de control del sistema.
- Una antena de alta frecuencia bajo la carrocería, que recibe el nombre de receptor. Algunos fabricantes la integran en la unidad de control.
- Sistema de control indirecto.
El sistema de control de la presión hace uso del sensor de velocidad de giro que ya incorpora cada rueda del vehículo para el funcionamiento del sistema ABS/ESP. Por esto, este sistema no calcula la presión ni tampoco la conoce, solamente estima que un neumático se encuentra más desinflado, por comparación de su velocidad angular con la del neumático opuesto diagonalmente.
Cuando pierde presión un neumático como ya se ha dicho anteriormente, el diámetro del neumático se reduce, a consecuencia de ello, para recorrer en línea recta una misma distancia que otro vehículo, tendrá que girar más veces.
El calculador del sistema es el encargado de detectar esta diferencia mediante las indicaciones de los sensores de cada neumático y de esta manera alerta al conductor de la perdida de presión en los mismos.
Colisiones evitadas
- Posibles reventones debido a la mala presión de los neumáticos.
- Perdidas de control en situaciones difíciles.
- Desllantado del neumático en una curva.
- Aquaplaning por presión inferior a la recomendada.
- Evita el desgaste irregular del neumático por falta o exceso de presión.
Efectividad
Económica y Medio Ambiental.
Si la presión del neumático es inadecuada, en el caso de los turismos puede aumentar un 20% el gasto de combustible y un 30 % en el caso de autobuses y camiones.
En cuanto a seguridad se calcula que hay un 30 % menos de siniestros de tráfico gracias el sistema de control de presión de neumáticos, según un estudio que realizo el TRL en marzo de 2018 para la Comisión Europea.
Uso y limitaciones
El sistema TPMS directo, tiene una importante ventaja y es que conoce en todo momento la presión exacta de los neumáticos y es capaz de detectar variaciones de 0,2 bar mientras que con el sistema indirecto puedes detectar esta diferencia cuando supera el 30 % entre los dos neumáticos.
El sistema directo es más costoso porque necesita la instalación de varios elementos mientras que con el indirecto no ocurre al utilizar los sensores de otros sistemas como ABS y ESP.
Coste
El sistema TPMS está de serie en los vehículos desde el 1 de noviembre de 2012, antes de esto el coste oscilaba entre los 100 y los 700 €.
Obligatoriedad
Desde el 1 de noviembre de 2012 en nuevas homologaciones y en los turismos nuevos matriculados desde el 1 de noviembre de 2014.
A partir de julio de 2022 es obligatorio en camiones, furgonetas y autobuses, nuevos.