A mediados de la década de 1910, Paul Strand realiza una serie de imágenes de Nueva York proyectando una mirada verdaderamente genuina sobre la ciudad. El entonces joven fotógrafo conecta con el arte moderno e incorpora algunos de sus rasgos en una serie de visiones inéditas de la metrópolis. Anticipándose además a la Straight Photography, lleva a cabo un tipo de trabajo fotográfico que se aleja de los preceptos del pictorialismo mediante una captación directa de lo real.

Sus fotografías encontraron rápidamente una favorable acogida en las páginas de Camera Work, la legendaria revista dirigida por Alfred Stieglitz, quien le dedicaría los dos últimos números de la publicación. De entre las imágenes que allí aparecen, casi la mitad eran retratos en primer plano, realizados con un rudimentario sistema que permitía al fotógrafo captar a los retratados sin que se percataran. Estas sorprendentes tomas ofrecían una mirada viva sobre la ciudad y reparaba en algunas de sus figuras, que, siendo marginales pero omnipresentes, casi nunca eran representadas. Con esta atención a los márgenes de la vida urbana, Strand manifestaba un compromiso con la realidad que bebía del ejemplo de quien fuera su maestro, Lewis Hine.

Blind Woman es una de las imágenes icónicas de la historia de la fotografía norteamericana. Publicada en 1917 por Stieglitz, combina algunos de los rasgos que serán característicos de la obra de Strand: la fuerza compositiva y la afilada nitidez.