De padre keniano y madre norteamericana, Fazal Sheikh había pasado numerosos veranos en Kenia con su familia paterna antes de que, en 1992, volviera con una beca Fulbright para realizar un proyecto documental sobre los campos de refugiados del país. Como resultado de este primer trabajo monográfico surge en 1996 la exposición A Sense of Common Ground, que tuvo lugar en el International Center of Photography de Nueva York.

En 2002, Sheikh decide volver a los campos de refugiados que había fotografiado una década antes. Lleva consigo una copia de A Sense of Common Ground, que le sirve de documento con el que intentar descubrir si todavía se encuentran allí algunas de las personas a las que había retratado. Localiza a algunas de ellas entre los refugiados somalíes que aún viven en el radical desarraigo del campo de Dagahaley, incluida una generación que ha crecido entre los difusos límites del campamento. De las múltiples aristas de esa realidad, Fazal Sheikh recoge el testimonio de un grupo de mujeres víctimas de abusos. Es el caso de Abshiro Aden Mohammed, líder de las mujeres de Dagahaley. Su imagen es un bello ejemplo de la capacidad de transmitir una realidad ajena que el autor confiere al retrato. La nítida imagen del rostro de la mujer, la mirada afilada y punzante, parece atravesar el soporte. Fazal Sheikh no fotografía el rostro de una víctima, sino la fortaleza de una mujer de irreductible dignidad.