Tomatsu y el mar de Okinawa

Tomatsu visitó Okinawa cuando todavía estaba ocupada por los norteamericanos, gracias a un permiso especial. Pese a la ocupación, el fotógrafo encontró que esta parte del sur del país había mantenido lo que para él representaba el Japón verdadero tradicional. En Okinawa permanecían cultos animistas venerados en las crónicas japonesas más antiguas y formas y vivencias milenarias. El ritmo pausado y la vida tranquila fascinaron al fotógrafo que supo plasmar esta atmósfera en sus capturas de escenas cotidianas.

Okinawa supuso para Tomatsu una línea divisoria en su obra. Un antes y un después en su fotografía. Intensidad que puedes sentir en este vídeo que transmite la luz, los colores y los matices de Okinawa y nos permite entrar en la mirada emocionada del fotógrafo.

La andadura artística de Shomei Tomatsu se inició en los años cincuenta, poco después de que cayeran las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki. Eso hizo que el fotógrafo Tomatsu fijará su mirada en los estragos causados en el país por muchos años de guerra.

Desde entonces Japón, su gente, el efecto de la ocupación y como esta afectó a la pérdida de determinados tipos de vida se convirtieron en temas claves de su obra. La primera retrospectiva producida en España sobre su obra se puede ver hasta el día 16 de septiembre en nuestra Sala Casa Garriga Nogués de Barcelona.