Expulsado del grupo surrealista, y ante el curso que tomaba la Segunda Guerra Mundial, Salvador Dalí y Gala emigraron a Estados Unidos en verano de 1940 con el propósito de reorientar su vida.

En esta época, Dalí escribe una carta a Luis Buñuel en la que reivindica el egoísmo frenético de su conducta, basado en la asunción del principio del placer frente al principio de realidad, y anuncia la destrucción sistemática del pasado infantilista, representado por sus amigos de Madrid.

Guerra estética alude a este proceso de transformación. Contiene referencias al mito de Laocoonte, a las luchas entre centauros y lapitas de los templos griegos, a El incendio del Borgo de Rafael y, sobre todo, a las escenas con la Matanza de los inocentes de Nicolas Poussin y Guido Reni. Los personajes más violentos tienen la cabeza ovoide, en alusión a una de las formas con las que el artista se representó en sus obras de juventud. Se trata de una batalla entre la tradición clásica del arte y el surrealismo psicoanalítico. Preside la escena una figura que representa al propio Dalí, impasible al furor guerrero de su entorno: un efebo, matizadamente andrógino y con una pilosidad axilar que remite a Gala.