¿Es posible evitar la sobrecarga muscular?

Es importante planificar una rutina que permita un completo trabajo muscular y su correcto descanso

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Dolor, pesadez, falta de movilidad… Estos son algunos de los síntomas que seguramente hayas sufrido alguna vez, si entrenas o practicas deporte con regularidad, y que indican sobrecarga muscular; es decir, una contracción continua e involuntaria de las fibras musculares que se produce al realizar o repetir un mal movimiento durante el ejercicio, o incluso por abusar de este.

Y es que técnica y descanso son dos factores que suelen caer en el olvido de los deportistas ‘amateur’. Sin embargo, también son clave para conseguir resultados. Como todo en la vida, más no siempre es mejor, y menos aun cuando se trata de entrenamiento. Hay que saber planificar una rutina que permita un completo trabajo muscular y su correcto descanso, así como conocer la técnica de todos los ejercicios que forman parte de ella. Para ello, será de gran utilidad contar con el asesoramiento de un entrenador personal que se encargue de aportar su experiencia y conocimientos, así como de personalizarlos de forma que se adapten a nuestras necesidades.

En el cuerpo hay zonas más propensas a sufrir sobrecargas. Normalmente, se trata de extremidades superiores y zonas sensibles como el cuello, donde, además, se tiende a acumular el estrés del día. Incluso una mala postura en el trabajo puede acabar reflejándose en una sobrecarga muscular.

Consejos para prevenir este molesto problema:

  1. Calentar y estirar adecuadamente. Seguramente no estés prestando la suficiente atención a estas dos partes del entrenamiento. Aunque no lo creas, influyen más de lo que parece en el bienestar y recuperación de tu musculatura.
  2. Acudir con regularidad a un fisioterapeuta. A veces es necesaria la ayuda de un fisioterapeuta para descargar las zonas afectadas mediante un masaje. Sobre todo si se sufre alguna lesión.
  3. Entrena en pareja o bajo supervisión. Es difícil notar los fallos en uno mismo mientras se realiza un ejercicio. A no ser que se tenga un espejo cerca, o que tengamos un perfecto control de nuestro cuerpo, lo ideal es entrenar junto a una persona que pueda corregirnos.