Tras abandonar los estudios de ingeniería industrial, José Caballero (Huelva, 1913 - Madrid, 1991) decidió dedicar su vida a la creación. A través de Daniel Vázquez Díaz entró en contacto con el cubismo. En Madrid, estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y frecuentó la Residencia de Estudiantes. Su amistad con Federico García Lorca y otros miembros de la generación del 27 le llevó a decantarse hacia el surrealismo. Realizó decorados para el teatro universitario La Barraca. En sus composiciones de base figurativa y esmerado dibujo, mezclaba, a la manera de un collage, temas, figuras y formas de resonancias oníricas que remiten a Salvador Dalí y su método paranoico-crítico.

Tras la Guerra Civil abandonó temporalmente la pintura. A principios de los años cincuenta, su obra evolucionó del expresionismo de base figurativa a la abstracción informal. Participó con gran éxito en el VII Salón de los Once y en la XXV Bienal de Venecia, y expuso individualmente en Madrid, en la Galería Clan. A partir de los años sesenta, su obra combinó lo matérico y lo gráfico, en torno a dos grandes temas: el muro y la muerte del toro.