En 1893, Ambroise Vollard habría abierto una galería de arte en la Rue Laffitte en la que estuvieron representados todos los artistas importantes del momento, entre ellos Degas, Renoir o Cézanne, junto a Picasso, cuya obra el marchante comenzó a adquirir regularmente a partir de entonces. Con intención de cerrar la serie que Vollard le había encargado, Picasso comenzó a retratarle, pero la muerte del marchante en un accidente de automóvil en 1939 interrumpió el proyecto. Picasso tan solo llegó a grabar cuatro retratos, tres de los cuales completaron, junto con las otras noventa y siete planchas, la edición de la Suite Vollard, formada finalmente por cien cobres grabados por el artista entre 1930 y 1937.

El impresor Roger Lacourière terminó de imprimir los doscientos treinta juegos completos en 1939, pero el fallecimiento de Vollard y la Segunda Guerra Mundial impidieron su difusión en el mercado del arte hasta 1950.