Qué es la asfixia postural y cómo evitarla

La asfixia postural es capaz de bajar en pocos minutos la saturación de oxígeno en sangre y puede llegar a provocar la muerte si no se remedia.

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Seguridad Vial

Las personas pasamos en muy poco tiempo de permanecer en el interior del vientre materno suspendidos en un estado de “ingravidez” gracias al líquido amniótico a enfrentarnos a la atracción de la Tierra durante el resto de nuestras vidas.

Cuando un recién nacido comienza a enfrentarse a la fuerza de la gravedad, aún no tiene el cuerpo suficientemente desarrollado para acometer con seguridad funciones tan básicas como dormirse en otra posición que no sea la horizontal.

Esto hay que tenerlo en cuenta al colocar al niño en una sillita de coche. Es muy importante hacerlo de la manera apropiada, con la postura correcta y los arneses correctamente sujetos para evitar que su cuerpo se flexione sobre sí mismo y dificulte la respiración del niño. La conocida como asfixia postural, o asfixia posicional. Con todo su peso echado hacia delante la caja torácica no puede expandirse para coger aire, el diafragma no puede trabajar y, si además también echa la cabeza hacia adelante, se le cerrará la tráquea dando como resultado la asfixia en pocos minutos.

La revista Pediatrics publicó en el año 2001 un estudio con 100 bebés, 50 de ellos prematuros de 36 semanas, monitorizados durante 60 minutos en sillitas de coche. La saturación de oxígeno en sangre transcurrido ese tiempo bajó de media del 97% al 94% (lo valores normales son entre 96% y 100%), llegando a caer en siete de los casos hasta el 90%. Además, el 12% de los prematuros sufrieron apneas o bradicardias.

Todo esto viene a colación de una familia que está saliendo bastante en los medios y cuya historia se ha extendido como la pólvora por internet. Ellos son la familia Dodd y perdieron al segundo de sus hijos, Shepard, con menos de tres meses de vida, por culpa de la asfixia postural.

Dejaron a su hijo en la guardería y uno de los cuidadores puso a Shepard a dormir la siesta en la sillita del coche en la que le habían llevado sus padres. Lo correcto hubiera sido colocarle para dormir en una cuna, o cualquier superficie horizontal habilitada. Por desgracia no fue así.

Por esto las recomendaciones son claras:

  • Aunque parezca que están muy cómodos en su sillita, hay que limitar su uso al coche y en periodos de tiempo no demasiado prolongados.
  • No utilizar las sillitas para dejar dormir a los niños.
  • Cuando les pongamos en la sillita, los arneses deben mantener los hombros bien pegados al respaldo para evitar que se eche hacia delante.
  • Si vamos a realizar un viaje largo, hay que parar periódicamente para que el niño recupere la postura y oxigene adecuadamente.