La importancia de la hidratación de los niños en los desplazamientos

Cuando se viaja en coche hay que tener en cuenta la cantidad de líquido que necesitan los más pequeños

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Seguridad Vial

Mantenerse hidratado es fundamental en todas las etapas de la vida y, especialmente, cuando son niños o bebes. Cuando se viaja en coche y, sobre todo en verano, hay que tener en cuenta la cantidad de líquido que pueden requerir los más pequeños, ya que tienen más facilidades para deshidratarse. 

Por supuesto, no se necesitará la misma cantidad de agua en verano que en invierno. El calor favorece la sudoración y las necesidades de hidratación. Hay que tener en cuenta que los niños, especialmente aquellos que están en periodo de lactancia, están entre los colectivos más vulnerables de sufrir deshidratación. De hecho, un lactante sano pierde más líquidos que un adulto en proporción a su peso corporal. Además, cuentan con un sistema renal inmaduro que necesita eliminar más líquido. 

Los expertos recomiendan que los bebes ingieran aproximadamente el líquido equivalente a un 15% de su peso corporal. Y es que los recién nacidos tienen mayor porcentaje de líquido en su cuerpo.

Por supuesto, los bebes que son amamantados no necesitan beber agua, ya que la leche materna les proporcional el líquido que necesitan. Por este motivo, hay que tener en cuenta que durante el viaje igualmente se debe proceder a amamantar al bebé siempre que lo necesite (bajo demanda) o cuando se considere necesario, ya que la leche materna aporta sales minerales y electrolitos que previenen la deshidratación. Se debe tener en cuenta que durante el trayecto habrá que ir parando el coche en un lugar de descanso siempre que sea necesario para darle esta hidratación tan importante y necesaria, especialmente cuando va en coche, ya que el calor hará que el bebé necesite más hidratación y habrá que proporcionarle esta alimentación de forma más frecuente.

A partir de los 6 ó 7 meses, el niño ya puede requerir el consumo adicional de aguaLos bebes con lactancia de biberón pueden recibir un refuerzo de líquidos con biberones de agua mineral.  Según el niño va creciendo, la hidratación ya no sólo provendrá de la leche materna o el agua, sino también de la ingesta de otros alimentos. Sin embargo, la hidratación necesaria suele variar en función de las características del niño y, por supuesto, del calor. En un viaje en coche y en pleno verano, el niño puede requerir agua con mucha más frecuencia. El calor hace que se eliminen más líquidos a través del sudor y, por este motivo, se debe reponer constantemente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no sólo el sudor hace que se eliminen líquidos. Si el niño tiene diarrea, también se debe proporcionar líquidos con más asiduidad. 

Además de agua, el niño puede beber otros líquidos naturales como limonada, zumos, fruta o batidos. 

Durante los viajes, se debe ofrecer y dar esta hidratación al niño aunque no lo solicite o no tenga sed. Algunos síntomas de deshidratación severa son la falta de lágrimas, que tenga la boca y lengua reseca, que los ojos estén hundidos, que la piel se vuelva grisácea, que haya una disminución de producción de orina o que el niño presente síntomas de letargo o irritabilidad. 

En este sentido, la temperatura es muy importante. Tener en el coche una temperatura elevada aumenta la sudoración y, por lo tanto, la pérdida de líquidos. También hay que tener en cuenta que el aire acondicionado puede incrementar el riesgo de una hidratación inadecuada debido al aire seco y la baja humedad que se produce en el ambiente.

Por todo ello, el niño debe viajar con una ropa adecuada que no le de calor, que sea cómoda, transpirable, de algodón y que permita la libertad de movimientos. La temperatura del habitáculo debe rondar entre los 21 y 23 grados centígrados, una temperatura agradable que no ofrezca ni mucho calor ni mucho frío para que el niño pueda viajar en buenas condiciones. También se debe evitar que el aire acondicionado se dirija directamente al menor. 

En todo caso, se deben evitar las comidas pesadas durante el trayecto y se recomienda llevar en el coche varias botellas de agua mineral para hidratar al niño durante el viaje y con frecuencia.