Sistemas anti-retorno, un elemento de seguridad

Te contamos qué son y cómo funcionan

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Seguridad Vial

En primer lugar, hay un movimiento hacia delante del ocupante y del sistema de retención hasta que este se queda totalmente parado. Esta fase se denomina fase de carga. En esta fase hay 2 movimientos característicos, uno hacia delante, como decíamos, y uno de rotación, una vez los sistemas de retención del coche hacen su función.

Una vez el sistema de retención y ocupante se han parado dentro de la fase de carga, empieza un movimiento en sentido contrario, caracterizado principalmente por una rotación hacia atrás. Esa es la fase de retorno o rebote.

El concepto de fases se mantiene independientemente del sistema de retención del coche que usemos (cinturón de seguridad o ISOFIX) y del sistema de retención infantil, acentuándose más o menos la rotación o el retorno. Por lo tanto, las sillas infantiles tienen que tener mecanismos para poder controlar todos los movimientos derivados de cada fase.

Ahora que conocemos las fases de un choque, nos vamos a centrar en las soluciones aplicadas que tratan de eliminar (o al menos reducir) estos efectos. Con la creación de los anclajes ISOFIX se detectó que el sistema necesitaba un sistema que evitara su rotación hacia delante. Después de diferentes propuestas, se acabó definiendo como sistema anti-rotacional, el Top Tether (TT), una cinta conectada al respaldo del vehículo que limita su rotación.

Este sistema es muy efectivo para controlar la rotación en sillas que miran hacia delante, pero mucho menos en sillas que miran hacia atrás. Por eso muchas marcas empezaron a utilizar una pata de apoyo en lugar del TT, primero en el portabebés y después en el resto de sillas.

Llegados a este punto, tenemos diferentes sistemas para controlar los diferentes movimientos de la fase de carga, cinturón de seguridad y ISOFIX para el movimiento hacia delante, y TT y pata de apoyo para el movimiento rotacional.

Como comentábamos al inicio de este artículo en un impacto existe una fase de retorno. A principios de los años 2000 con la llegada del sistema de fijación ISOFIX a la normativa, se vio que las sillas de niños tenían un rebote exagerado, provocado principalmente por el hecho que la silla de niños estuviera fijada al vehículo por solo dos puntos, los anclajes ISOFIX.

Para controlarlo se incluyó en las sillas infantiles un sistema anti-rebote. Esta fase hace que la silla gire contra el asiento del coche, pudiendo provocar lesiones si no se controla principalmente en el caso de las sillas en las que el ocupante va mirando hacia atrás. El primer controlador de la fase de retorno fue el asa del portabebés. Aún a día de hoy muchos portabebés sitúan el asa en contra del asiento del coche para controlar la fase de rebote.

Las sillas en sentido contrario a la marcha con sistema ISOFIX utilizan principalmente 2 sistemas para evitar el retorno. En primer lugar, una barra antirretorno, que se pone en contacto con el asiento del coche y que controla efectivamente el movimiento hacia atrás de la silla de niños.

Otro de los sistemas utilizados es lo que se denomina “lower tether”. Este sistema son dos cintas que se sitúan en la parte delantera de la silla de niños, que se conectan a un punto fijo del asiento delantero del coche. Estas cintas evitan el retorno de la silla también de manera incluso más efectiva que la barra antirretorno. Su único problema es que su instalación es más complicada.

La barra antirretorno debe estar presionada contra el asiento sin holguras, mientras que el “lower tether” debe estar correctamente tensado y fijado a un punto rígido de la estructura del coche o asiento delantero. Hay que tener en cuenta que en el caso del “lower tether” la variación de la inclinación implicará un retensado.

En cualquier caso, todos estos sistemas son efectivos para evitar el retorno de la silla en caso de una colisión y, por lo tanto, son elementos de seguridad a los que tenemos que prestar mucha atención para que actúen correctamente.