¿Es el estrés un mal de nuestro tiempo?

Ser consciente de que lo sufres te ayudará a reducirlo

A menudo utilizamos frases que banalizan el estrés, que lo incorporan a nuestro día a día con normalidad, pero el estrés no es ninguna broma. Se empieza con síntomas iniciales como el insomnio o el dolor de cabeza, pero rápidamente pueden derivar en presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.

Detectarlo a tiempo y tomar medidas para controlarlo traerá muchos beneficios para tu salud. Prueba a practicar ejercicio todos los días, a dejar tiempo para el ocio, a estar más con la familia y los amigos y, sobre todo, a mantener el sentido del humor.

Si aplicas los consejos incluidos en este decálogo, mantendrás el estrés a raya. No dejes tu vida en sus manos. Actúa ya.

  1. Saber desconectar en algún momento del día y, sobre todo, al finalizar la jornada laboral y durante el fin de semana, es una capacidad clave para manejar con éxito el estrés.
  2. Practicar deporte intenso de forma habitual ya que permite descargar la tensión acumulada y evitar consecuencias negativas del estrés, como que el estrés se convierta en ansiedad. En caso de imposibilidad de hacer ejercicio, practicar a diario relajación, yoga o meditación son otras opciones disponibles.
  3. El estrés se puede reducir si aumentan los recursos disponibles. Para ello, se requiere parar y analizar la situación. Esto implica invertir un tiempo para encontrar los recursos o apoyos necesarios (o construirlos, como, por ejemplo, formar a alguien). Lo que parece un retraso se convertirá en la solución.
  4. El estrés suele conllevar que la mente pierda flexibilidad y capacidad de análisis y eso dificulta la resolución de problemas. Para reducir ese efecto usted puede: respirar profundamente, estar algo de tiempo en contacto con la naturaleza, escribir sobre los problemas o hablar a menudo con otras personas.
  5. El estrés reduce la capacidad para disfrutar, lo cual conlleva una reducción marcada de la emocionalidad positiva. Para contrarrestar ese efecto es importante mantener pequeñas rutinas de disfrute (Ej. Leer, caminar, oír música, permitirse pequeños caprichos…etc.) así como monitorizar el nivel de emociones positivas para que no desaparezcan.
  6. El estrés a veces hace que las personas se vuelvan más negativas o pesimistas. Cuando eso sucede ese efecto se puede contrarrestar monitorizando los pensamientos y descartando los que estén sesgados y aumentando la emocionalidad positiva.
  7. El estrés puede generar problemas para dormir, ya sea para conciliar el sueño o por un despertar temprano. Es un signo que señala que el estrés es elevado y que hay que empezar a actuar. Antes de pedir ayuda profesional puede intentar hablar con mayor frecuencia de sus problemas con otras personas o intentar usar técnicas de relajación antes de dormir.
  8. Cuando una etapa de estrés intenso y duradero termina, los problemas no acaban: a veces el organismo sigue sobreactivado y la persona siente inseguridad, temor o hiperactividad (necesidad de hacer cosas todo el tiempo). Se puede reducir esa sobreactivación realizando ejercicio físico y con ejercicios de relajación.
  9. El estrés puede ser reducido con una mejor organización del tiempo. Planificar cada mañana -o la tarde anterior- los objetivos del día puede ser de gran ayuda para evitar caer en la procrastinación o el bloqueo.
  10. Si una persona siente su trabajo como una llamada, es decir, se siente personalmente implicada y da sentido a su vida, el efecto negativo del estrés laboral puede verse amortiguado en gran medida.
Gonzalo Hervás

Profesor de Psicología, Universidad Complutense de Madrid