¿Puedo utilizar un casco accidentado?
El casco es el principal elemento de seguridad pasiva del motorista. La protección de la cabeza ante posibles impactos es fundamental para evitar o disminuir las lesiones.
Como ya hemos comentado en otras ocasiones, es recomendable utilizar un casco integral (porque protege toda la cabeza) de la talla que mejor se adapte y siempre llevarlo bien abrochado. Su vida útil suele rondar los cinco años, pero si recibe un impacto antes, debemos sustituirlo por uno nuevo.
A veces se nos puede caer el casco al suelo o recibir un golpe leve durante una caída y no sufrir aparentes desperfectos.
Creemos que no ha sido de mucha gravedad y nos disponemos a seguir utilizándolo posteriormente.
Sin embargo, este casco lo deberíamos dejar de utilizar y, en todo caso, guardarlo sólo como pieza de recuerdo.
El casco está compuesto por una calota exterior que protege nuestra cabeza del impacto y de los rasguños propios del accidente. En un golpe podríamos ver que no ha sufrido muchos daños externos.
Pero en el interior de la cabeza, tenemos el cerebro, el órgano más importante de nuestro cuerpo. Para protegerlo, el casco cuenta en su estructura con una capa de espuma de poliestireno y otros materiales que absorbe el impacto reduciendo o anulando los daños internos de nuestra cabeza. La capa ha cumplido su función rompiendo su estructura interna para mitigar el golpe.
Sin embargo, si ese mismo casco sufre un segundo impacto, la capa que debería absorber un nuevo impacto no podrá realizar su función debido a que quedó muy debilitada o incluso inutilizable con el primer impacto. Las propiedades originales del material las ha perdido por lo que el casco quedaría totalmente anulado y no absorbería con eficacia un segundo impacto, dejando al descubierto la cabeza del motorista.
Te recomendamos, por tanto, que si has sufrido un accidente o tu casco se ha caído al suelo desde una altura considerable, no lo vuelvas a utilizar y compres un casco integral nuevo. Todo sea por tu seguridad.