Metodologías ágiles aplicadas a la innovación social

Adaptando los procesos para generar más impacto

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Las metodologías ágiles (Lean Startup, SCRUM, etc), que hoy están sustituyendo a la tradicional manera de gestionar proyectos tecnológicos (waterfall) nacieron dentro del mundo de desarrollo software. Si bien las propias metodologías han adquirido bastante reconocimiento, en realidad no son sino materializaciones diversas de una nueva manera de pensar en la generación de valor. Una filosofía recogida en el Manifiesto ÁgilAgile Manifesto es una lista de principios firmada por un grupo de desarrolladores hartos de sentir que con la manera de trabajar que se les imponía no lograban generar las mejores soluciones que se sentían capaces de crear. Estaban cansados de que cuestiones burocráticas, carencias en la comunicación y, sobre todo, esquemas excesivamente encorsetados, limitaran su capacidad para ofrecer lo mejor de sí mismos. Decidieron escribir sus propias normas y los valores que subyacen a esas normas han redefinido la manera como sus organizaciones trabajan.

Todas estas preocupaciones son aplicables a los proyectos sociales, donde demasiadas veces las cuestiones que acabo de describir arriba limitan nuestra capacidad para apoyar al mayor número de personas de la manera más eficaz. En el desarrollo de software los principios de Agile Manifesto invitan a dedicar todo el esfuerzo a generar un producto que tenga al mayor valor posible para el cliente. Al aplicarlo a la innovación social, nos encontramos con una serie de principios que nos ayudan a usar cada minuto de nuestro día en tareas que generen el mayor impacto posible en nuestros beneficiarios. Y como muestra, un botón. Aquí os reescribo los dos primeros principios del Agile Manifesto adaptados a la innovación social, que todos deberíamos suscribir:

  • Nuestra mayor prioridad es satisfacer al cliente beneficiario mediante la entrega temprana y continua de software servicios/productos con valor.
  • Aceptamos que los requisitos cambien, incluso en etapas tardías del desarrollo. Los procesos Ágiles aprovechan el cambio para proporcionar más impacto ventaja competitiva al cliente beneficiario.

Los innovadores sociales no gastan su tiempo en tareas que no suman nada al impacto que quieren generar. Tampoco insisten en ejecutar proyectos de una determinada manera por el sólo motivo de que eso es lo que está escrito en el papel que se aprobó meses atrás. Los innovadores sociales aprenden lo que aporta verdadero valor a cada paso del camino y ajustan los proyectos sobre la base de lo aprendido. Saben que la implementación final del proyecto será diferente al plan original porque el único caso en que sería igual es si no hemos logrado aprender nada de cada etapa del proyecto que nos permita plantear aún mejor la etapa siguiente.

La traducción de la manera como las metodologías Lean Startup o SCRUM se implementan en el desarrollo de software a cómo se pueden implementar en los distintos proyectos sociales no siempre puede ser directa, pero vale la pena aprender sobre ellas. Y aplicarlas, aunque lleve un proceso de adaptación. Porque los hábitos sólo cambian si los sustituimos por otros hábitos, que sólo se adquieren por repetición. Leer los principios de Agile Manifesto y asentir con la cabeza no nos pondrá más cerca de ser una organización aún más enfocada en crear impacto para nuestros beneficiarios. Realizar cambios materiales en la manera como implementamos el próximo proyecto que lancemos sí lo hará. Vale la pena.

Sobre la autora:

Concepción Galdón es Directora y Lead Académico de Innovación Social en IE. Concepción se enfoca en el uso de la tecnología en el emprendimiento social, así como en promover la creación de contenido académico de Innovación Social en escuelas y distintos programas.