Trastornos de las glándulas paratiroides y conducción

Efectos en la conducción ocasionados por los trastornos de las glándulas paratiroides

Hiperparatiroidismo

Se trata de un trastorno del metabolismo óseo por hipersecreción de hormona paratiroidea (PTH).

Las manifestaciones típicas afectan primariamente a los riñones con nefrolitiasis y nefrocalcinosis, y al sistema esquelético con osteopenia y, menos frecuentemente, osteítis fibrosa quística.

El dato esquelético inicial más común es el dolor óseo progresivo en aumento, espontáneo y a la palpación en las extremidades inferiores y la espalda.

Son comunes la hipotonía y la debilidad muscular.

Pueden producirse fracturas ante traumatismos triviales que tardan mucho en consolidar o lo hacen con deformidades.

Puede haber reabsorción de los extremos de las falanges distales, debilidad muscular proximal, fatiga, atrofia, condrocalcinosis y pseudogota.

Son frecuentes los trastornos neuropsiquiátricos y las manifestaciones gastrointestinales como pancreatitis, estreñimiento, náuseas, vómitos y úlcera péptica.

La lesión renal puede producir insuficiencia renal e HTA.

El tratamiento curativo es la extirpación quirúrgica de las paratiroides patológicas, normalizándose las cifras de calcio en sangre con evidente mejoría clínica.

Consejos

  • Golpes aparentemente leves, en estos pacientes pueden producir fracturas de difícil o deforme consolidación, por eso deben ser conscientes de que son más frágiles.
  • Por tanto, se deben extremar los cuidados en la conducción para evitar frenazos bruscos, que provocarían lesiones cervicales importantes o contusiones en costillas y esternón por el cinturón de seguridad.
  • El reposacabezas bien colocado evitará riesgos de fracturas en cuello, clavícula y hombro.
  • La sujeción en los asientos posteriores evitará, ante un pequeño frenazo o alcance, los golpes en las rodillas y sus complicaciones.
  • El cólico pieloureteral imposibilita la conducción.
  • La expulsión espontánea del cálculo que no se acompaña de fiebre o hematuria hace que el paciente pueda conducir prácticamente de inmediato.
  • Si el paciente mejora del episodio agudo, pero continúa con tratamiento analgésico-sedante, debe saber que los efectos secundarios de la medicación le pueden interferir en la conducción.
  • Si el proceso de expulsión del cálculo es dificultoso o se acompaña de complicaciones, será el médico el que indique cuándo el cuadro clínico ha remitido y el paciente puede volver a conducir.

Hipoparatiroidismo

Se caracteriza por tendencia a la hipocalcemia como consecuencia de la deficiencia de PTH.

Los síntomas característicos son espasmos musculares, espasmo carpopedal, muecas faciales, parestesias en dedos, convulsiones, espasmo laríngeo y parada respiratoria.

La hipocalcemia prolongada puede producir hipertensión intracraneal y edema de papila, y son frecuentes las cataratas.

Otras manifestaciones son irritabilidad, depresión, psicosis, calambres intestinales y malabsorción crónica.

El tratamiento de la hipocalcemia crónica es la reposición de calcio y vitamina D por vía oral, con control estricto de los niveles de calcio total, proteinas y calcio iónico.

Consejos

  • La hipocalcemia sintomática es incompatible con la conducción.
  • El paciente con tratamiento sustitutivo de calcio requiere controles repetidos de calcemia, que aseguren que se encuentra dentro de los límites normales con margen de seguridad estable.
  • El conductor que, a pesar del tratamiento, comienza con parestesias en los dedos o en la boca debe parar inmediatamente en zona segura, tomarse el calcio y esperar a que desaparezcan los síntomas.
  • Si los síntomas persisten o se incrementan, debe pedir ayuda y no acudir conduciendo al centro médico.