Aquel que ha sido originado a consecuencia de un acto humano voluntario tendente a su producción. Normalmente los daños ocurridos intencionadamente por el tomador, asegurado y beneficiario del seguro (véase también hechos vandálicos o malintencionados), están excluidos de las pólizas, salvo cuando su intencionalidad este justificada por el deseo de evitar daños mayores.