En materia de gerencia de riesgos, se trata de sucesos inusuales, pero que puede preverse y gestionarse, aunque que se les suele desestimar por su escasa probabilidad de que ocurran.
Un cisne gris se sitúa entre el cisne negro, inusual e imposible de modelizar, y el cisne blanco, es decir, los riesgos más corrientes que las organizaciones están acostumbradas a gestionar.
También son raros, pero sabemos que existen, y no son tan raros como para que no podamos entenderlos.
Véase Cisne negro y Cisne blanco