Es la realizada por las entidades de crédito. Entre las más usuales cabe citar: cuentas corrientes y de ahorro; descuento; préstamos y créditos; avales; suscripción de títulos valores, etc. Se suelen calificar de «activas» y «pasivas», según que representen un crédito del banco contra sus clientes (p. ej., préstamos) o una deuda del mismo con aquéllos (p. ej., depósitos en cuenta corriente).