En el ámbito de la Unión Europea se considera mediana empresa a la que tiene una plantilla que no supera los 250 empleados, su volumen de negocio es igual o inferior a 50 millones de euros y su balance general es igual o inferior a 43 millones de euros. Por su parte, la pequeña empresa es aquella cuya plantilla es inferior a 50 empleados, su volumen de negocio es igual o inferior a 10 millones de euros y su balance general, igual o inferior a 10 millones de euros.