Respecto a una entidad de seguros, puede considerarse como el conjunto de principios para orientar a la empresa aseguradora a un determinado modo de ser ante el público y aumentar el número de riesgos asegurados de un modo satisfactorio para su política general, mediante la adecuada utilización de la actividad comercial.
Una política comercial sólo producirá resultados satisfactorios si es fundamentalmente flexible para adaptarse a las conveniencias y posibilidades de cada momento.
También es muy importante que esté adecuada a los fines que se pretenden y a los medios con que se cuente. No será la misma política comercial la de una mutua, limitada a la cobertura de riesgos de una determinada profesión, que la de una sociedad anónima que quiere operar internacionalmente. Tampoco será análoga la de una empresa que tiene dificultades financieras en un momento dado, que la que tiene unas fuertes reservas que le permiten hacer inversiones grandes en su política de expansión.
Por ello, puede señalarse que, para que una política comercial sea eficaz, debe reunir los siguientes requisitos:
- Coordinación con los objetivos de la política general.
- Proyección temporal, que será tanto más amplia cuanto mayor sea el volumen de la empresa.
- Adecuación a los medios personales y materiales con que cuente la entidad.
- Flexibilidad para adaptarse en un momento determinado a sistemas concretos.