Relación que expresa la rentabilidad obtenida en función de la necesidad de capital requerido por el riesgo asumido. De esta forma, por ejemplo, la rentabilidad de un producto o modalidad de seguro se relaciona con el capital necesario para cubrir la valoración del riesgo que comporta. Dos entidades aseguradoras con el mismo resultado pero con distinta composición de negocio y de seguros en cartera obtendrían rentabilidades diferentes en orden al distinto capital necesario para satisfacer el perfil de riesgo contraído por cada una de ellas. En comparación con el ROE, siguiendo el ejemplo aludido, este útimo para dos productos o seguros con idéntico resultado determinaría la misma rentabilidad.