Estado de deterioro físico de un edificio, que genera la posibilidad de derrumbamiento del mismo, con el consiguiente peligro para las personas y los bienes próximos al mismo.
En la legislación española los supuestos de ruina son tres: ruina técnica (cuando el daño no es reparable por los medios normales), ruina económica (si el coste de la reparación es superior al cincuenta por ciento del valor del edificio); y ruina urbanística (cuando existan razones que hagan aconsejable la demolición).