En el verano de 1999, Nicholas Nixon vuelve con su cámara a las calles para fotografíar de nuevo a desconocidos. En el proceso, se da cuenta de que su atención se dirige sobre todo a las parejas, y decide comenzar un proyecto sobre estas que posteriormente se titulará Lovers. Para iniciar esta aventura, pone un anuncio en el periódico local en el que solicita participantes. A partir de las respuestas que obtiene, surgen citas para acudir a las casas de diferentes parejas. El proyecto dura alrededor de dos años y a lo largo de su creación Nixon accede con su cámara a una desconocida e imprevisible intimidad, cuya fuerza y sutiles matices de sensualidad intenta captar en sus imágenes.

En S.V., R.L., Cambridge,Nixon resignifica el encuentro de los dos cuerpos protagonistas, en una composición que vuelve la imagen sobre sí misma y abstrae las formas, perfiladas por los contrastes de luz y por las diferencias en las tonalidades de la piel. Al igual que en las imágenes del contemporáneo Robert Mapplethorpe, los cuerpos evocan aspectos escultóricos. El juego de volúmenes y oquedades incide en la dualidad de la figura, que el beso unifica y cierra.