El poder de la mente en el envejecimiento
Nos visita el Dr. Luis Rojas Marcos
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“Si me preguntaran por una variable fundamental para los seres humanos elegiría la esperanza de vida”. Así daba inicio Luis Rojas Marcos a su conferencia magistral en la que analizó el poder de la mente en el envejecimiento, dentro del Seminario Académico 2022 sobre Economía y Longevidad organizado por nuestro Centro de Investigación Ageingnomics.
Y es que la duración de la vida es fundamental y, más si cabe, en un mundo en el que, en menos de 100 años, la longevidad casi se ha duplicado. España es un buen ejemplo de ello, con una sociedad donde la media de vida de la mujer española se sitúa en los 86,5 años, sobrepasando a la de las de Singapur y solo superada por la de las japonesas.
Según Rojas Marcos, uno de los secretos para vivir mucho es hablar mucho, comunicarnos e, incluso, hablarnos a nosotros mismos. Entre los factores que influyen en que vivamos más está la extroversión: “La persona que tiende a comunicar y a relacionarse tiene ventajas en muchos sentidos; esa es mi teoría”.
Otros elementos que influyen en la longevidad son el optimismo, la capacidad de mantener siempre la esperanza y, por supuesto, la confianza en la capacidad de uno mismo. Las conexiones afectivas también juegan un papel muy importante, en general, y en el proceso de envejecimiento, en particular. Debemos aprender a envejecer. Para Rojas Marcos, hay que saber a lo que uno se enfrenta a lo largo de los años; aprender a convivir con olvidos; entender que vamos a sufrir un deterioro leve de la memoria. Todo esto colabora en que consigamos envejecer bien.
La mente es fundamental a la hora de dirigir nuestras decisiones, de organizarnos, y el envejecimiento es un proceso largo que requiere prestar atención y programar nuestra vida. ¿Cómo podemos ayudar a nuestra mente? Cuidándonos, manteniendo un equilibrio, haciendo ejercicio, decidiendo alimentarnos de manera sana y teniendo mucha información. Todo ello influye en la longevidad. Aprender a envejecer, en la opinión de Rojas Marcos, implica adaptarnos a los cambios, estar informados -con rigor- y comprender que es natural, a partir de los 60-65 años, que pueda, en un momento dado, empezar a fallar la memoria. “Nada tiene que ver con la demencia”, aseguró el psiquiatra.
Mas de la mitad de lo que hablamos y pensamos tiene que ver con el futuro. La incertidumbre, mezclada con la vulnerabilidad, nos roba el sentido del futuro. Y sin futuro no podemos vivir.