Sistemas en sentido contrario a la marcha

¿Son seguros en una colisión posterior?

¿Son seguros en una colisión posterior?

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Seguridad Vial

Uno de los argumentos más habituales para no llevar a los menores en contra del sentido de la marcha es: ¿qué pasa si la colisión es posterior?

En primer lugar, no debemos perder de vista el tipo de colisión más habitual, que es la colisión frontal. En ese escenario, sin ningún tipo de duda, la mejor protección es siempre la que nos confieren los sistemas de retención infantiles colocados en sentido contrario a la marcha.

En caso de una colisión lateral, las pruebas y estudios realizados no establecen una mejora notable en función de la ubicación del sistema de retención infantil en uno u otro sentido en cuanto a los daños de los dummies. De todas maneras, los estudios se realizan en unas condiciones en las que el vehículo que recibe la colisión está parado, por lo que no existe ninguna fuerza que desplace la cabeza frontalmente.

En la mayoría de las colisiones laterales, el vehículo que recibe el impacto por el lateral se está desplazando hacia delante, por lo que durante la colisión existe una componente de fuerza hacia delante, más pequeña, y otra, mucho mayor, lateral. Esa componente hace que el menor se desplace hacia el lado de la colisión lateral, pero también hacia delante.

En esas condiciones, en los sistemas de retención que miran hacia delante, la cabeza tiende a salirse de la protección del apoyacabezas mientras que, en las sillas a contramarcha el apoyacabezas tiende a proteger mejor la cabeza, por lo que, en este caso, la protección de los sistemas de retención infantiles dispuestos en contra del sentido de la marcha es mayor.

Ahora pasemos al escenario motivo de este artículo: la posibilidad de recibir una colisión trasera.

En general, las personas detractoras de los sistemas de retención en sentido contrario a la marcha esgrimen el argumento de que es lo mismo tener una colisión a 50 km/h con el sistema de retención infantil mirando hacia delante, que “recibir” un impacto posterior a 50 km/h y, por lo tanto, en caso de recibir una colisión posterior los resultados de ir mirando hacia atrás son los mismos que los de ir mirando hacia delante.

De por sí, el argumento ya es poco justificable. Decir que las lesiones en caso de impacto posterior serán las mismas que si el menor va mirando hacia delante es asumir de facto que cuando va mirando hacia delante, y no perdamos el foco de cuál es la colisión más habitual, el menor tiene más riesgo de sufrir lesiones que mirando hacia atrás.

Además, el argumento no es correcto. No podemos cambiar al menor de vehículo en función de nuestra conveniencia. Es decir, en una colisión frontal, pongamos a 50 km/h, el ocupante experimenta una deceleración brusca y las lesiones derivadas de esa deceleración.

En una colisión por alcance a 50 km/h, el vehículo que recibe el impacto por detrás está parado o casi parado, y es el vehículo que impacta el que se mueve a 50 km/h. La deceleración derivada de esa colisión por parte del menor que viaja en contra del sentido de marcha poco tiene que ver con el anterior escenario (colisión frontal), ya que para que fuera igual, el vehículo parado debería acelerarse hasta los 50 km/h en un tiempo muy corto, lo que en física se llama choque elástico (conservación de la energía cinética), y una colisión entre dos vehículos, afortunadamente, no es jamás un choque elástico. Por lo tanto, el vehículo que recibe la colisión por alcance no experimentará ni la misma velocidad final, ni la misma aceleración que el vehículo generador del impacto.

En ningún caso tener una colisión a 50 km/h es igual a recibir un impacto a 50 km/h.

Probablemente el mejor estudio publicado sobre la colisión trasera y los sistemas de retención mirando hacia atrás fue publicado en 2017 y realizado por la Universidad de Ohio (Perfomance of rear facing CRS in rear impacts -Julie Bing) y confirma en sus conclusiones que “los sistemas de retención infantil en sentido contrario a la marcha son el tipo de sistema de retención infantil más seguro para los ocupantes más jóvenes considerando todos los escenarios de colisión”.