¿Un sistema de retención infantil homologado es seguro?

Homologado sí, pero siempre con un nivel alto de seguridad

Una de las creencias más extendidas sobre los sistemas de retención infantil se refiere al concepto de homologación de los productos

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Seguridad Vial

La homologación de un sistema de retención infantil define los mínimos requisitos que debe cumplir un producto para poder comercializarse, basado en los escenarios más probables en caso de colisión. Por definición, dichos escenarios nunca serán los más lesivos, sino aquéllos que se dan un mayor número de veces. Esos mínimos requisitos establecen un límite de protección en caso de colisión frontal, colisión lateral y vuelco, que todos los productos comercializados deben cumplir, de acuerdo con la legalidad vigente.

La homologación garantiza que todos los productos se fabricarán de la misma manera que el producto inicial homologado, garantizando la repetibilidad de la producción.

Ese mínimo necesario que nos aporta la homologación es imprescindible para tener la garantía de que el sistema de retención infantil actuará correctamente durante una deceleración brusca o colisión, cosa que en ningún caso podríamos garantizar con un producto no homologado.

De todos modos, debemos ser conscientes de que un producto simplemente homologado no tiene por qué ser eficaz en los ensayos de consumidores promovidos por organizaciones como la OCU, o tener unos buenos resultados en el PLUS test sueco, ya que estos estándares de resistencia y seguridad más altos requieren sistemas de retención infantiles diseñados expresamente para estas pruebas.

En la mayoría de los casos, la diferencia en los precios de venta de los sistemas de retención infantiles responde a mejoras técnicas en los productos para incrementar los niveles de seguridad.

Para contestar a la pregunta que nos hacemos en este artículo primero deberíamos definir qué es seguridad. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, “seguridad es la ausencia de riesgo”. Por lo tanto, no podríamos considerar que un producto sea seguro simplemente por el hecho de estar homologado, ya que está diseñado para los escenarios más probables, pero no para los más graves y lesivos. Además, tampoco podemos considerar que todos los sistemas de retención infantiles, por el hecho de cumplir con los requisitos de homologación, son iguales en cuanto a la seguridad que nos van a ofrecer.

¿Qué tenemos que buscar en un sistema de retención infantil para que nos aporte el mayor grado de seguridad posible? Como ocurre con cualquier producto, en los sistemas de retención infantiles hay productos diseñados al límite del cumplimiento normativo y otros productos diseñados a partir de principios biomecánicos y de resistencia.

Como recomendaciones básicas, para elegir un sistema de retención infantil que nos aporte un nivel alto de seguridad a partir de los estudios de biomecánica que se conocen, deberemos tener en cuenta:

  • Que el sistema esté homologado.
  • Si el menor tiene menos de 4 años y menos de 105 cm. de altura, el SRI deberá mirar hacia atrás.
  • Recomendación de sistema certificado con el PLUS TEST sueco.
  • Si el menor tiene más de 4 años y 105 cm de altura, la recomendación es alargar al máximo el sentido en contra de la marcha, y después utilizar un alzador con respaldo.
  • A partir de los 135 cm de altura, la recomendación es continuar utilizando un alzador sin respaldo hasta los 150 cm.

Siguiendo estas simples recomendaciones, estaremos confiando la seguridad de nuestros menores a las evidencias físicas y biomecánicas, alejándonos de cualquier discurso comercial. Esto hará que la seguridad de los menores sea la mejor posible.