El aprendizaje del dibujo y la Academia
¿Te atreves a realizar un dibujo académico o un apunte?
El término de “Academia” o dibujo académico se refiere normalmente a la copia de un modelo ya sea del natural o escultórico, en el que prima el estudio anatómico, la proporción y la forma. Este tipo de dibujo se enseña en las Academias, instituciones de las que toman su nombre y que proliferaron durante el Renacimiento en Italia (Florencia y Roma principalmente) para extenderse posteriormente a otros países como Francia, Alemania, España o Inglaterra. La Academia más importante, la de San Lucas, fue fundada en Roma en 1577, su objetivo era fundamentar el arte mediante la teoría a partir del análisis de los modelos clásicos de belleza, compartiendo los conocimientos adquiridos para transmitirlos a los pintores, escultores y arquitectos más jóvenes. En el año 1752 se fundó la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. La realización de Academias constituía un instrumento obligado de aprendizaje para los futuros artistas que debían pasar una serie de exámenes hasta el dominio completo de las reglas que conllevaban este tipo de creaciones.
Si bien casi siempre se ponía el acento en el dibujo académico del natural, es decir, del modelo desnudo o de esculturas antiguas, poco a poco los artistas comenzaron a copiar también bodegones, flores e incluso paisaje, que se incluyeron dentro de los géneros académicos junto con los de desnudo, escenas de historia, mitología o género religioso por citar los más importantes.
Para la creación de una “Academia” es necesario tener en cuenta una serie de reglas que proceden de la antigüedad griega, interesada por la representación del ideal, la belleza y las proporciones. En este sentido la representación de la figura humana debía de seguir unas reglas de proporción y armonía, por lo que establecieron un canon (Kanon) o reglas ideales matemáticas que establecían las relaciones perfectas entre las diferentes partes del cuerpo. La unidad de medida de referencia era la altura de la cabeza. Policleto estableció el canon de siete cabezas como modelo de un cuerpo perfectamente proporcionado. Más tarde Lisipo creó otro canon más esbelto que el anterior aumentándolo a siete cabezas y media. Para este tipo de dibujos no hay que olvidar la sensación de volumen, dibujando las luces, medios tonos y sombras.
Para el trabajo con escultura, el dibujo académico y el apunte son medios imprescindibles para su consecución. Tanto Auguste Rodin como Alberto Giacometti fueron conscientes de esto desde los inicios de su carrera. En 1910 Rodin afirmó, tajante: “El dibujo es la clave de mi obra”; en la misma línea, Giacometti decía: “El dibujo es la base de todo”. Y más allá de las diferencias entre uno y otro, vemos como el dibujo, partiendo de las copias de esculturas antiguas, es una de las preocupaciones más importantes a lo largo de la trayectoria artística de ambos.
Mientras que la práctica de la copia de esculturas antiguas en Rodin parece corresponder a su época de formación, en Giacometti se mantiene a lo largo de toda su vida, prueba de ello son la edición, justo antes de su muerte de una recopilación que el artista tituló Copias del pasado.
Esta semana te invitamos a reflexionar sobre la práctica del dibujo y cómo esta resulta imprescindible tanto para artistas modernos como aquellos más antiguos. ¿Te apetece dibujar? ¿Cómo harías tú dibujo, ya sea una “Academia” o un apunte rápido copiando aluna imagen que te inspire?, ¡comparte con nosotros tú dibujo, todo está permitido!