¿Son mis hijos conscientes del peligro de los retos virales?

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Sabemos que muchos adolescentes buscan el mayor número de “me gustas” para conseguir popularidad y sentirse integrados y aceptados socialmente. Además, se encuentran en una etapa de la vida en la que es muy habitual retarse y tener una falsa percepción de inmunidad y baja sensación de riesgo.

Eso hace que sean muy vulnerables ante los retos virales, una serie de acciones nacidas en el entorno digital que invitan a los usuarios a grabarse haciendo algo específico y a colgarlo en la red. La capacidad de exposición de las redes sociales y de internet hacen que estos retos cada vez se extiendan con mayor rapidez, sobre todo entre los jóvenes. Según Google, en 2018 se realizaron más de 200.000 búsquedas relacionadas con retos virales en España.

La lista de retos virales existentes en la red es interminable y de muchos tipos. Existen retos beneficiosos que buscan concienciar por una buena causa, como, por ejemplo, el solidario Ice Bucket Challenge, en el que sus protagonistas se echaban cubos de agua helada para concienciar sobre la ELA; o el TrashTag Challenge para concienciar sobre el cuidado del medioambiente recogiendo la basura de los espacios naturales. Otros pueden ser cómicos, como el Mannequin Challenge, que consiste en quedarse quieto como un maniquí mientras se graba desde distintos ángulos, o inocentes como el 10 Years Challenge, en el que se comparan fotos de hace 10 años con la actualidad.

Sin embargo, junto a todos estos retos positivos existen otros muy peligrosos que pueden ocasionar serios daños en la persona que los realiza, llegando incluso a costarle la vida. Algunos de los más peligrosos fueron Momo o La ballena azul, seguidos en todo el mundo, que invitaban a los menores a superar una serie de pruebas que consistían en lesionarse y acabar suicidándose.

Cada año aparecen multitud de nuevos retos virales en las redes sociales que buscan ser divertidos, pero que entrañan una gran peligrosidad. Algunos de los más populares en los últimos años son: In my feelings, uno de los más famosos en 2018, en el que participaron numerosos influencers y que consistía en bajarse del coche en marcha y comenzar a bailar; Bird Box, inspirado en la película protagonizada por Sandra Bullock en 2019, y que consistía en salir a la calle y realizar tareas cotidianas con los ojos vendados, lo que no solo ponía en riesgo al protagonista del reto, sino también a los viandantes; el Vacuum challenge que consiste en meterse en una bolsa de basura gigante e introducir el tubo de la aspiradora para que se quede el envasado al vacío, lo que puede derivar en la asfixia; o el rompebocas que consiste en envolver por sorpresa los tobillos de una víctima con una bufanda u otra prenda de ropa y tirar para que se caiga de frente.

Ante el riesgo de que nuestros hijos acaben implicados en uno de estos retos que pueden poner en riesgo su salud y su integridad, y la de otras personas, es esencial hacerles conscientes de su peligrosidad. Debemos, por lo tanto, establecer con ellos  unas normas de uso responsable de los dispositivos móviles y favorecer el desarrollo de su capacidad crítica, para que aprendan a razonar y tengan presentes las consecuencias de sus actos.

También, es necesario trabajar con ellos la autoestima y la asertividad, evitar que se dejen llevar por la opinión de los demás y que lleven a cabo acciones arriesgadas solamente por conseguir likes. Asimismo, es fundamental supervisar el tipo de contenido al que acceden los menores en sus redes sociales y comprobar si siguen a influencers o youtubers que participen en estos tipos de retos, para así ser capaces de detectar conductas peligrosas.

Por último, es importante transmitirles que no deben participar en estos desafíos ni difundirlos, y en caso de descubrir algún reto peligroso, deben denunciarlo a la red social o plataforma donde se encuentre y, si fuera necesario, comunicárselo a la policía.