Jesús Monclús: “El Objetivo Cero es posible”
Entrevistamos a Jesús Monclús, director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE. El mundo de la moto y la seguridad de los motoristas nos ocupan en esta interesante charla.
Fundación MAPFRE es una entidad que tiene una actividad muy notable en España, pero que también tiene una gran proyección en el extranjero, especialmente en Hispanoamérica. ¿En qué punto están los países del otro lado del charco?
España ha mejorado mucho sus cifras y está entre los mejores de Europa. En otros países la situación y su evolución es muy diferente. Las tasas de siniestralidad en Latinoamérica duplican o triplican las de los países más desarrollados mientras sus datos de motorización son más bajos que los europeos. Es algo que preocupa y si no se toman medidas de manera muy decidida, a medida que aumente la motorización, esas tasas podrán aumentar. Cada país es diferente, pero sí es verdad que hay carencias en infraestructuras, en los sistemas de otorgamiento de permisos, de formación de conductores, de supervisión de las normas, de revisiones técnicas de los vehículos… Normalmente, suelen ser menos seguras que las que podemos encontrar aquí en España.
Por curiosidad, ¿le gustan las motos?
Sí, he tenido motos y recuerdo con cariño sobre todo una Suzuki Bandit 400 con la que circulaba por Zaragoza. Pero han pasado bastantes años ya.
Cuando hablamos de seguridad vial, los motoristas son uno de los colectivos más vulnerables junto a peatones y ciclistas. ¿Cuáles son los pasos que cree que hay que dar para seguir mejorando su situación?
Una persona en una moto es alguien tremendamente frágil, sobre todo cuando la velocidad crece. Podemos hacer muchas cosas como llevar casco, ropa adecuada, dejarnos ver con la luz o la propia ropa y, por otro lado, ser muy precavidos a la hora de conducir porque no tiene nada que ver un accidente en un coche que en una moto. Si nuestra fragilidad es diez veces mayor en una moto que en un coche, nuestra precaución debería ser también diez veces mayor. Un ejemplo es la conducción defensiva, controlar el entorno, tener mayor atención e incluso mayor formación.
¿Se están haciendo las cosas bien desde las administraciones, especialmente en esta última legislatura con María Seguí al frente de la DGT?
Lo que es verdad es que mientras siga habiendo accidentes, hay mucho por hacer todavía. Hay una tendencia en los países que están mejorando los números a una cierta complacencia y relajación. Pero el problema sigue siendo muy importante y si no que se lo pregunten a cada familia que sufre un accidente grave. No es una crítica al pasado o a la actual dirección de la DGT (que ha hecho muchas cosas bien), sino más bien una demanda para que se sigan haciendo cosas en cuanto a formación de conductores y seguir mejorando infraestructuras aunque evidentemente sabemos que no se puede asegurar cada curva al cien por cien.
“Nuestra fragilidad es diez veces mayor en una moto que en un coche”
Por otro lado, están los fabricantes, que cuentan cada año con más avances en términos de seguridad. ¿Hacen lo suficiente? ¿Deberían las administraciones forzarlos más con requisitos como la obligatoriedad del ABS en las motos a partir de 2016?
Los vehículos son esenciales cuando hablamos de seguridad vial y hay diferentes palancas para promoverla. Una de ellas es la legislativa, como la imposición de unos requisitos de seguridad, y es muy efectiva porque afecta a todos los vehículos desde un momento concreto. Pero si es de manera progresiva, es muy lenta, por lo que la implicación de las marcas es fundamental. Aunque el ABS va a ser obligatorio, hay marcas que llevan ofreciendo el sistema incluso de serie desde hace tiempo. Además, deben fomentar la demanda, dar a conocer esos sistemas y darles valor. Otro ejemplo es el eCall, un sistema que creemos es muy importante.
Sin embargo, el eCall será obligatorio para los coches en 2018 y no para las motos…
Las motos se han quedado fuera de esa obligación, aunque creemos que es muy importante que se vaya introduciendo. También hay que tener en cuenta la tecnología de otros vehículos, como por ejemplo la de los coches que puede detectar a las motos en intersecciones. De esta manera podemos conseguir una conducción cooperativa, algo así como que no se trata sólo de qué puede hacer la moto sino qué pueden hacer otros vehículos por la moto.
Entidades como FM ponen su granito de arena con estudios e iniciativas de concienciación como ‘En Moto Objetivo Cero’. Cuéntenos en qué consiste y qué metas tiene.
Lo que pretende esta iniciativa es promover el debate de los usuarios de motocicletas sobre la mejora de la seguridad vial y que sea el propio grupo de motociclistas los que establezcan y lideren ese debate en torno a novedades legislativas, técnicas o de lo que tenga que ver con seguridad desde el propio colectivo.
¿Y podemos aspirar realmente a ese ‘objetivo cero’ o hay que resignarse a que es sólo un sueño?
Nosotros estamos convencidos de que es un objetivo que se puede conseguir. Siempre pueden ocurrir cosas imprevistas, pero en nuestros estudios al final encontramos causas y factores concretos detrás del accidente además de identificar las herramientas para evitarlo. Es verdad que existe el ‘accidente imposible’, aquéllos que son muy extraños, pero al final tras analizarlo, lo puedes explicar.
Muchos pueden decir que es una quimera. Yo me acuerdo de cuando hace diez años muchos pensábamos (y me incluyo) que sería imposible reducir a la mitad el número de accidentes y ya lo hemos hecho. Pero hay que ser conscientes de que la seguridad del motociclista pasa por la velocidad y la capacidad de resistencia de la persona.
“Podemos conseguir una conducción cooperativa con la colaboración de las marcas de coches y motos”
Precisamente en breve entrará en vigor la ampliación de 120 a 130 km/h como velocidad máxima en algunos puntos de autovías. ¿Está de acuerdo con esta medida teniendo en cuenta que será en tramos ‘muy seguros’?
Nosotros pensamos que está suficientemente demostrado que en general, a mayor velocidad, más accidentes, por lo que estamos un poco preocupados si además no se mejora el entorno de esos tramos. Hay un argumento a favor y es que esto puede tener un efecto de atracción con conductores desde otras vías convencionales más inseguras. Sin embargo, eso está por ver.
Si el casco, además de ser obligatorio, parece un accesorio de seguridad ampliamente asumido por el motorista, ¿deberían otras prendas o accesorios ser obligatorios en moto?
En este momento, no proponemos que sea obligatorio ninguna vestimenta concreta además del casco, pero sí creemos que son necesarios todos ellos (chaqueta, botas, pantalón, guantes…). Me atrevería a decir que no se enfatiza lo suficiente en su importancia. Un ejemplo es que en algunos países latinoamericanos es obligatorio llevar gafas si el casco no tiene visera. Es interesante pensar en esas recomendaciones.
En materia de educación, se lleva hablando muchos años de la inclusión de una asignatura escolar de “educación vial”. ¿Sería positivo para los futuros conductores o no es el lugar adecuado?
De Educación Vial se lleva hablando 80 años, ya desde que aparecía en el primer código de circulación de España en 1934. Sigue siendo una asignatura transversal que nosotros hemos apoyado con talleres, materiales, libros, recursos online de Fundación MAPFRE. Todo lo que sea por el bien de la seguridad vial nos parece positivo y si fuera una asignatura obligatoria, sería un paso adelante. Pero incluso con lo que tenemos ahora, se pueden hacer muchas cosas como dotar de contenidos, de horas y de recursos para formar a los profesores. Más allá de esa obligatoriedad está en cómo se imparte esa asignatura.
“Muchos creen que es una quimera; nosotros creemos en el Objetivo Cero”
Seguimos con los jóvenes. ¿Qué opina del ciclomotor como primer vehículo? Muchos ven negativo que se haya retrasado la edad de acceso de los 14 a los 15 años…
Aquí hay dos aspectos. Por un lado, está la progresividad en el acceso a la moto, que es muy importante. No es lo mismo llevar un pequeño ciclomotor que una motocicleta de gran cilindrada que requiere una experiencia muy superior. Por otro lado, el riesgo es mayor que en otros vehículos y teniendo en cuenta la madurez de un adolescente, puede suponer ciertas dudas. Dicho esto, el ciclomotor puede ser una herramienta más para involucrar al joven conductor en tomar aún más precauciones en la conducción de un vehículo.
Para terminar, ¿cuál es el primer consejo que le daría a los motoristas?
Anticipación. Hay que hacer una conducción preventiva en la velocidad, las distancias, las prisas… No hay que confiarse nunca respecto a lo que van a hacer el resto de vehículos y el entorno.