El alcohol y la conducción: riesgos y efectos sobre la seguridad vial

El alcohol es una droga psicodepresora que influye negativamente en la conducción, incluso en pequeñas dosis. Al ser ingerido, afecta las habilidades psicomotoras del conductor y disminuye la capacidad de tomar decisiones, lo que incrementa el riesgo de accidentes de tráfico. Es uno de los factores más frecuentes implicados en siniestros viales.
Cómo afecta el alcohol a la capacidad para conducir
El consumo de alcohol interfiere con casi todas las capacidades psicofísicas necesarias para conducir. A medida que aumenta la alcoholemia, se cometen más errores al volante, y la toma de decisiones se vuelve más lenta.
Efectos en el comportamiento y percepción
El alcohol provoca alteraciones en el comportamiento, como impulsividad y falta de inhibición. También afecta las funciones perceptivas, la atención, y el tiempo de reacción, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
Alteraciones en la coordinación motriz y la atención
El alcohol disminuye la coordinación motriz, lo que puede resultar en movimientos torpes o incorrectos, además de reducir la capacidad de concentración, crucial para una conducción segura.
Síntomas según la tasa de alcoholemia
De 0,3 a 0,5 g/l: efectos iniciales
Excitación emocional, disminución de la agudeza mental, y percepción alterada de la distancia. Los síntomas incluyen debilidad en la percepción de luces y distorsión visual.
De 0,5 a 0,8 g/l: riesgo creciente
Aumento de la euforia, pérdida de coordinación motriz, problemas de visión y alteración en el equilibrio. Se comienza a perder concentración y a tomar decisiones impulsivas.
De 0,8 a 1,5 g/l: embriaguez importante
Reflejos lentos, pérdida de la capacidad de coordinar movimientos y dificultad en las actividades mentales. Aumenta la impulsividad y la agresividad.
Más de 2,5 g/l: embriaguez profunda
Confusión mental severa, visión borrosa, pérdida de control de los movimientos y posibilidad de entrar en coma debido a la intoxicación profunda.
¿Cómo se metaboliza el alcohol en el cuerpo?
El alcohol se distribuye uniformemente por los tejidos, excluyendo la grasa corporal. El hígado es el encargado de su eliminación, pero este proceso es mucho más lento que la intoxicación. La velocidad de eliminación es de 0,15 a 0,20 g/l por hora, lo que implica que, por ejemplo, un varón de 70 kg con 1,2 g/l de alcohol en sangre necesitará unas 8 horas para eliminarlo por completo.
Factores que influyen en la tasa de alcoholemia
La tasa de alcoholemia depende de diversos factores, como la cantidad de alcohol ingerido, la rapidez con la que se bebe, el tipo de bebida consumida, si se ha comido previamente, y las características personales del individuo (edad, peso, tolerancia al alcohol).
Características individuales que alteran la alcoholemia
El sexo, el peso corporal, la edad y la experiencia en conducción juegan un papel importante. Las personas más jóvenes y mayores de 65 años son más sensibles a los efectos del alcohol.
Falsos mitos sobre el alcohol y la conducción
Existen muchos mitos que podrían poner en peligro la seguridad vial, como pensar que un café o ejercicio pueden reducir el nivel de alcoholemia. La única tasa realmente segura es 0,0 g/l.
Consejos para evitar accidentes relacionados con el alcohol
La mejor forma de prevenir accidentes es no conducir después de haber consumido alcohol. Si se va a beber, es importante esperar varias horas antes de conducir o utilizar alternativas como transporte público o taxis.
¿Cómo afecta el alcohol al riesgo de accidente?
El alcohol aumenta el riesgo de sufrir un accidente, incluso con tasas bajas de alcoholemia. Con una tasa de 0,5 g/l, el riesgo de accidente se duplica, y con 0,8 g/l, el riesgo se multiplica por 5. Es crucial tener en cuenta que los efectos del alcohol son más peligrosos en conductores inexpertos o jóvenes.
El papel de la tolerancia y el consumo crónico
El consumo crónico de alcohol altera significativamente las capacidades necesarias para conducir. Aunque una persona con tolerancia al alcohol pueda parecer menos afectada, sus reflejos y habilidades motoras también se ven perjudicados a largo plazo.
El alcohol y la interacción con otras sustancias
Mezclar alcohol con medicamentos o drogas aumenta considerablemente los riesgos al volante, ya que potencia los efectos de ambas sustancias, afectando la percepción, la atención y los reflejos. Es importante ser consciente de este peligro, ya que la combinación de alcohol con otras sustancias, ya sean legales o ilegales, puede multiplicar el riesgo de accidentes. Para más detalles sobre cómo el alcohol y otras drogas afectan la conducción, puedes consultar este artículo sobre el alcohol y las drogas al volante.
El alcohol es uno de los factores más importantes de riesgo al volante, y su consumo afecta tanto la capacidad para conducir como el riesgo de sufrir accidentes graves. La única tasa segura es 0,0 g/l, y es crucial no conducir después de haber ingerido alcohol. Para más información sobre cómo evitar los riesgos relacionados con el alcohol en la conducción, te invitamos a explorar otros artículos relacionados sobre seguridad vial y hábitos saludables en Fundación MAPFRE.