Tratamiento de la diabetes mellitus y sus cuidados en la conducción

Los tratamientos son eficaces para prevenir la hiperglucemia sintomática
Se debe intentar que el tratamiento prescrito reduzca al mínimo el riesgo de hipoglucemia y consiga mantener la glucemia dentro de unos límites normales o casi normales.

Los tratamientos son eficaces para prevenir la hiperglucemia sintomática, la cetoacidosis diabética o el coma hiperglucémico hiperosmolar no cetósico.

La educación del paciente es clave para que cumpla el tratamiento, reconozca en qué situaciones debe buscar inmediatamente un médico y realice el cuidado minucioso de sus pies.

Conviene hacer valoración oftalmológica y cardiológica cada año, que puede adelantarse en el caso de surgir síntomas, o que el experto así lo considere.

La hipertensión arterial, la hipercolesterolemia y el sobrepeso requieren una atención especial y un tratamiento apropiado, por el mayor riesgo de complicaciones específicas en diabéticos.

Tratamiento con insulina

El tratamiento de la diabetes mellitus insulino-dependiente (DMID) requiere la administración crónica de insulina. Los pacientes aprenden a vigilar por sí mismos la glucosa y ajustan la dosis en función de la misma.

Los pacientes con DMID también aprenden a determinar los cuerpos cetónicos en orina con tiras reactivas, ante cualquier síntoma como náuseas, vómitos, dolor abdominal o poliuria, y también como prevención, si se presentan síntomas de otra enfermedad intercurrente, gripe o resfriado común.

En el periodo inicial del tratamiento con insulina, el paciente requiere control estricto con una explicación detallada de la correcta aplicación y las responsabilidades, antes de poder realizar el tratamiento individualmente y sin peligros en el desarrollo de las tareas habituales, incluida la conducción.

Complicaciones del tratamiento con insulina

  • Hipoglucemia: puede producirse por error en la dosis de insulina, saltarse una comida, ejercicio físico imprevisto o sin causa aparente. Las hipoglucemias leves son frecuentes en los pacientes diabéticos, quienes aprenden a identificar los síntomas como sudoración, nerviosismo, temblor generalizado, palpitaciones, confusión y alteraciones visuales, que suelen responder rápidamente al tomar líquidos o alimentos con azúcar.
  • Reacciones alérgicas locales: con frecuencia se produce dolor y escozor inmediatos en el sitio de la inyección, seguido al cabo de unas horas de eritema local, prurito e induración, que puede persistir durante varios días.
  • Alergia generalizada a la insulina: es poco frecuente. Los síntomas suelen aparecer poco después de una inyección y se caracterizan por urticaria, angioedema, prurito, broncoespasmo, etc. El tratamiento con antihistamínicos suele ser suficiente, pero con frecuencia es necesario el empleo de adrenalina y glucocorticoides.

Hipoglucemiantes orales

Las sulfonilureas son los más utilizados, y dentro de ellas, la tolbutamida, clorpropamida, acetohexamida y tolazamida son las más habituales.

El tratamiento con sulfonilureas se comienza con una dosis baja, que se ajusta al cabo de unos días hasta obtener una respuesta satisfactoria o hasta alcanzar la dosis máxima recomendada.

La complicación más importante del tratamiento con sulfonilureas es la hipoglucemia, y se ve con más frecuencia en las de acción prolongada como gliburida y clorpropamida.

Son factores predisponentes de hipoglucemia la edad avanzada, las enfermedades renales, hepáticas y cardiovasculares, y comer poco.

La hipoglucemia inducida por sulfonilureas puede ser grave y persistir o recidivar durante varios días después de la suspensión del tratamiento, incluso en los pacientes tratados con tolbutamida, que tiene una duración de acción habitual de 6-12 horas.

Consejos

  • Hipoglucemiantes orales:
    • Durante el periodo inicial de tratamiento con insulina o hipoglucemiantes orales no se puede conducir, por el riesgo de sufrir hipoglucemia mientras se intenta establecer una pauta de tratamiento apropiada.
    • En general, los pacientes con DMID bien tratados, cuando reconocen los síntomas de CAD, se inyectan una cantidad de insulina y buscan rápidamente asistencia médica.
    • Es importante avisar que si esta situación se le presenta conduciendo, pare inmediatamente el vehículo y pida ayuda.
    • Aunque se inyecten insulina y se encuentren mejor, no deben conducir para intentar llegar cuanto antes al centro médico, pues esta situación clínica puede evolucionar sin el control adecuado hacia una pérdida de conciencia.
    • El médico experto informará al paciente de su evolución, desaconsejándole la conducción hasta que la causa que provocó la CAD se encuentre controlada, así como el ajuste de la diabetes.
    • Tras la recuperación de un episodio agudo de CHHNC, el control estricto con insulina ajustada a la alimentación requiere de un periodo más o menos prolongado en el que no se puede conducir.
    • El médico informará del adecuado ajuste, que le permitirá conducir con seguridad y sin sobresaltos por hiper o hipoglucemia.
    • Todos los pacientes tratados con sulfonilureas que presentan una hipoglucemia deben ser estrechamente vigilados durante 2-3 días, incluso hospitalizando si es necesario para su control. No se puede conducir hasta que el especialista informe de la completa estabilización del paciente.
    • Todo conductor no puede beber alcohol si va a conducir. En el caso de los conductores diabéticos, se les recomienda que no beban alcohol en cualquier caso, por la posible interferencia con su medicación, y, por tanto, peligro al volante.
  • Hipoglucemia:
    • El conductor debe llevar en lugar visible dentro del vehículo el informe médico de su enfermedad con el tratamiento, para que en caso de accidente pueda ser identificado y atendido correctamente.
    • Un desvanecimiento que se produce conduciendo y provoca pérdida de control del vehículo se puede originar en un diabético con hipoglucemia, por lo que el tratamiento inmediato del accidentado será un aporte de glucosa.
  • Reacciones alérgicas locales: no necesitan tratamiento específico, pero en algunos casos se requieren antihistamínicos que pueden producir somnolencia conduciendo.
  • Alergia generalizada a la insulina: no se puede conducir hasta que los síntomas hayan desaparecido y el nuevo tratamiento prescrito al paciente le haya estabilizado con seguridad.