Respecto a una entidad aseguradora, es el conjunto de orientaciones relacionadas con el incremento, en número y cuantía, de los riesgos asegurados por ella.En concreto, puede decirse que los objetivos específicos de la función comercial en el seguro son los siguientes:
- adquisición de nuevas pólizas. No sólo de nuevos clientes, sino de asegurados que ya lo están en la entidad, pero pueden serlo también en otros riesgos que se garanticen en pólizas distintas.
- aumento de la cobertura en las pólizas existentes. Mediante la elevación de los capitales aseguradores en aquellos riesgos en que la determinación de su capital es libre, como, p. ej. en el seguro de vida; o por aumento del número de coberturas dentro de una misma póliza, p. ej., en el seguro de automóviles.
- conservación de los asegurados y sus coberturas. No basta tratar de adquirir el mayor número de pólizas y riesgos nuevos, sino que al mismo tiempo debe ejercitarse una actuación encaminada a evitar que se anulen las existentes.
- mantenimiento de buenas relaciones con los asegurados. Constituye este un método indirecto para conseguir los objetivos anteriores, tanto de incremento como de conservación de cartera.
Véase actividad comercial.