Con carácter general, se trata del nivel aceptable de variación en los resultados o actuaciones de la organización relativas a la consecución o logro de sus objetivos.
Dicho de otro modo, la tolerancia es la cantidad máxima de un riesgo que una organización está dispuesta a aceptar para lograr su objetivo. Se refiere a lo que una empresa se puede permitir al gestionar riesgos y que, en caso de aparecer, tiene que ser capaz de soportar. También sirve como una alerta para evitar llegar a la capacidad de riesgo.
Véase: apetito de riesgo y capacidad de riesgo.