Ellos son los protagonistas
Compartir la experiencia de ayudar a los demás

Ser voluntario de Fundación MAPFRE es mucho más que un acto individual solidario; significa pertenecer a un colectivo comprometido, tener una visión solidaria de nuestro mundo y compartir una única misión: ayudar a los que más lo necesitan.
Unidos, nuestros voluntarios llegan muy lejos. Apoyan a personas mayores, asisten a familias sin recursos, acompañan en la formación de menores. Están en aquellos lugares donde son más necesarios con su generosidad, ponen a disposición de los demás lo más valioso que poseen, su entrega.
Pero ¿quiénes son?, ¿qué les mueve?, ¿cuáles son sus valores? Los voluntarios de Fundación MAPFRE son un grupo de personas generosas, implicadas con su entorno, comprometidas con los que sufren, luchadoras. Te las presentamos.

Para hacer una flor de papel hay que poner en marcha la creatividad y la imaginación. Pero nuestras flores, además, están cargadas de generosidad y solidaridad. Nuestros voluntarios han creado un jardín de flores para ayudar a las personas mayores que lo necesitan.

Apoyamos a la organización Bottom Line para que jóvenes sin recursos de Estados Unidos reciban formación y seguimiento para acabar los estudios superiores. Nuestros voluntarios, además, les ofrecen asesoramiento a la hora de buscar empleo.

No todos los niños han tenido la oportunidad de seguir el curso desde casa durante el confinamiento. La falta de acceso a las tecnologías o la necesidad de un seguimiento reforzado ha dificultado su aprendizaje. Los voluntarios de Fundación MAPFRE han ofrecido apoyo educativo para niños sin recursos.

Tengo Hogar en un programa de apoyo escolar que pretende que ningún niño se quede atrás por los problemas derivados de la crisis del coronavirus y el cierre de las escuelas. Nuestros voluntarios se han convertido en sus profesores para conseguir que no pierdan el ritmo.

Desde México, los voluntarios que participan en la iniciativa Una voz amiga nos cuentan su experiencia, todo lo que reciben ayudando. Con cada llamada, vencen miedos y derriban barreras. Con cada acción crecen como personas.