Campo visual y conducción

El área de visión perfecta se produce en un cono con un ángulo de apertura de 3 grados
El área de visión perfecta se produce en un cono con un ángulo de apertura de 3 grados, en el que todos los objetos que se encuentran dentro de este área se perciben con absoluta nitidez.

La visión sigue siendo clara con un ángulo de 5 o 6 grados. A medida que dicho ángulo de apertura se va ensanchando, la imagen de los objetos va dejándose de percibir con claridad, hasta perderse aproximadamente en el ángulo de 20 grados.

En el plano vertical se reduce el cono de visión perfecta aproximadamente en un tercio de las cifras dadas para el plano horizontal. De esta manera, con un ángulo de 5,8 grados el conductor ve el 98% de los símbolos y letras. Con un ángulo de 15,4º, los aciertos disminuyen al 66%.

El campo visual no debe ser inferior a 120 grados en el plano horizontal y sin reducciones significativas en ninguno de los meridianos del campo.

El conductor puede ampliar su campo visual fisiológico, mediante el movimiento de ojos, cuello y tronco.

Un paciente con parálisis muscular del recto lateral del ojo derecho y sin diplopía, si padece además una rigidez de cuello que le dificulte o impida girar con rapidez su cabeza hacia el lado derecho, no podrá conducir. En esta situación, el conductor no es capaz de detectar y ceder el paso a un vehículo que salga por su derecha, o frenar si surge de improviso un peatón o un animal por dicho lado.

  • Causas que reducen el área de visión de forma generalizada:
    • La pérdida difusa de fibras nerviosas en el glaucoma.
    • Errores de refracción no corregidos.
    • Cataratas.
    • Miosis.
    • Degeneraciones retinianas heredo-constitucionales.
    • Desprendimientos de retina, aunque estén curados.
    • Edad avanzada.
  • Causas de pérdida del campo visual en cuadrantes o mitades:
    • Hemianopsias de cualquier origen.
    • Alteraciones de las vías ópticas.
    • Tumores de hipófisis.
    • Aracnoiditis optoquiasmática.
    • Meningitis.
    • Hemorragia de la arteria basilar.
    • Traumatismo.
  • Aumento del tamaño de la mancha ciega:
    • Inflamaciones del II par craneal.
  • Presencia de escotomas aislados o pérdidas de zonas del campo:
    • Glaucoma (pérdida campimétrica + perturbación de la adaptación luminosa).
    • Degeneración macular.
    • Alteraciones vasculares.
    • Lesiones de retina y coroides.
    • Neuritis retrobulbar.
  • Causas ajenas al ojo del conductor
    • Un acompañante lateral o en asientos posteriores, que tape la visión por los retrovisores.
    • Partes opacas del propio vehículo como montantes, capot delantero, morro del automóvil, o lunas laterales y traseras opacas de algunas furgonetas.
    • Opacidades en parabrisas o lunas por suciedad, pegatinas o equipaje junto a la luna trasera. Los vehículos con limpiaparabrisas modernos excéntricos llegan a limpiar el 90% de las superficies del cristal delantero y trasero.
    • Las lunas oscuras o ahumadas del vehículo que circula delante de nosotros, los camiones y las furgonetas, también nos dificultan el campo visual, sobre todo si estamos muy cerca.
    • Se recomienda aumentar la distancia de seguridad en estos casos para tener información máxima de lo que ocurre en la carretera por delante de nosotros.
    • Ángulos muertos no corregidos con buenos retrovisores exteriores y uso complementario del interior.
    • Baja estatura del conductor, y falta de regulación adecuada del asiento. El límite de estatura para poder conducir es 1,50 metros.
    • La parte trasera del vehículo es la zona de peor visualización, por lo que hay que ser muy cuidadoso con las maniobras de marcha atrás.

Visión periférica

Es aquella percepción visual de objetos que se encuentran fuera del cono de visión perfecta, y por tanto es visión difusa.

Cualquier sensación que se produzca en este campo de visión periférica hace que el conductor gire la cabeza hacia ese punto con tal de obtener un enfoque perfecto de lo que ha llamado su atención, requiriendo en total algo más de 0,5 segundos.

Consejos

  • Las alteraciones del campo visual que impiden la correcta visión lateral, o reducen de forma significativa la visión en algún meridiano del campo, entorpecen la conducción.
  • Las mínimas alteraciones del campo visual dentro del reglamento que marca la ley, si se asocian a alguna forma de limitación muscular temporal o permanente, pueden disminuir de forma importante el campo visual con riesgo en la conducción. En esta situación, se recomienda asegurar las maniobras y cuidar las distancias cortas con otros coches y peatones, sobre todo en cruces y curvas. Y si es necesario, desaconsejar la conducción de forma temporal o permanente dependiendo del caso concreto.
  • Con frecuencia, los conductores se quejan de tener un ángulo muerto que hay que corregir con retrovisores exteriores y uso complementario del interior.
  • Se recomienda la conducción diurna y asegurar la distancia de seguridad y los límites de velocidad.
  • Son muy útiles los avisadores electrónicos que alertan de la presencia de una persona u obstáculo en la zona sin visión posterior del vehículo.
  • Si el vehículo que circula delante, sobre todo si está muy cerca, tiene lunas oscuras, o es un camión o furgoneta que por su tamaño dificulta el campo visual, se recomienda aumentar la distancia de seguridad para tener información máxima de lo que ocurre en la carretera por delante de dicho vehículo.
  • El conductor de baja estatura debe utilizar un modelo de vehículo con capot delantero lo más bajo posible, para disponer de más visibilidad.
  • En las poblaciones de riesgo se aconseja la revisión oftalmológica frecuente que permita diagnosticar la enfermedad visual en inicio y poder actuar en consecuencia.