Picasso. En el taller
12.FEB.2014 ──────── 11.MAY.2014
El taller, 1934
© Michael Cavanagh and Kevin Montague / Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2014
La exposición recorrió la obra de Picasso a través de los distintos estudios en los que trabajó y vivió. El taller se convierte en un espacio de experimentación y un motor de reflexión sobre el ritual y el trabajo del artista en la tradición pictórica.
Cerca de 80 lienzos, 60 dibujos y grabados, 20 fotografías y más de una decena de paletas del artista permitieron apreciar cómo el taller de Picasso se convirtió en el centro sobre el que gravitaba toda su creación, el lugar en el que se entrelazaba su arte y su vida.
La exposición Picasso. En el taller reunió obras de en torno a 30 prestigiosas colecciones públicas y privadas. Una parte importante de la muestra procedía de colecciones particulares y había sido mostrada en muy pocas ocasiones al público. De forma paralela, la exposición contó con el apoyo de importantes museos internacionales y nacionales, entre los que destacan Philadelphia Museum of Art, Cleveland Museum of Art, Indiana University Art Museum, Phillips Collection de Washington, Centre Georges Pompidou de París, Tate de Londres, Israel Museum de Jerusalén, Bridgestone Art Museum de Tokyo, National Museum of Modern Art, de Kyoto, Pushkin State Museum of Fine Arts de Moscú, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid o el Museo Picasso de Barcelona.
La exposición
La muestra se iniciaba con el famoso Autorretrato con paleta, de 1906 (Philadelphia Museum of Art), y concluía con el también autorretrato Hombre en el taburete, de 1969, presentado por única vez en la primera exposición del Palais des Papes de Avignon en 1970. Entre ambas obras, en las que Picasso se autorrepresenta como pintor, mirando fijamente al espectador, transcurrieron más de 60 años de su vida artística, en los que el artista trabajó en diferentes estudios en el Bateau Lavoir, el Boulevard de Clichy, el Boulevard Raspail, La Boétie, Boisgeloup, La Californie y, finalmente, Mougins… En todos ellos, el taller se convierte, a la vez, en espacio de experimentación y motor de reflexión sobre el ritual y el trabajo del artista en la tradición pictórica.
Sus talleres se convierten en “paisajes interiores” – tal como él mismo los llamaba – en recintos sagrados, que representan la crónica de las variaciones estilísticas e iconográficas de Picasso.
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