Lumbalgia en transportista y relajantes musculares

Lumbalgia en el transportista así como el uso de relajantes musculares y su influencia en la conducción

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Sexo y edad

Hombre de 52 años de edad.

Antecedentes

  • No alergias conocidas.
  • Antecedentes Familiares sin interés para el caso.
  • Antecedentes personales: Obesidad grado I, Hipertensión arterial.
  • Antecedentes Quirúrgicos no tiene.

Tratamiento habitual

Enalapril 20mg diario.

Sintomatología

Paciente de profesión habitual transportista que acude a consulta tras notar “tirón” en zona lumbar, al subir al camión hace 10 horas.

Exploración física

  • Buen estado general con normocoloración de piel y mucosas. No fiebre.
  • Auscultación cardiopulmonar: Normal. No soplos audibles.
  • Perímetro abdominal globuloso. 118cm. Abdomen de difícil exploración y poco depresible. No refiere molestias a la micción.
  • Dolor a la palpación de la zona lumbar donde se aprecia contractura muscular paravertebral. No irradiación a MMII. No pérdida de fuerza en MMII ni de sensibilidad. No dolor a la percusión de apófisis espinosas vertebrales.
  • Puño percusión renal (-).

Impresión diagnóstica

Posible lumbalgia por esfuerzo muscular.

Es posible que dada la profesión de este paciente el sedentarismo que sufre diariamente y los constantes impactos musculares que sufre a lo largo del día por frenazo, coger curvas, así como carga de peso, presenta una masa muscular deficitaria y con un elevado grado de disposición a padecer lesiones a nivel lumbar.

Conceptos

Al referirnos a Lumbalgia Aguda hacemos mención a todas las estructuras que nos podemos encontrar a ese nivel:

  • Tendones, músculos y otras partes blandas.
  • Raíces nerviosas y nervios altamente sensibles que van de la parte inferior de la espalda a los miembros inferiores.
  • Articulaciones.
  • Discos intervertebrales con sus núcleos gelatinosos.

Un problema en cualquiera de estas estructuras puede causar una lumbalgia. Los espasmos musculares producen un dolor severo a nivel lumbar.

La contractura surge a nivel de las fibras musculares ante una tracción máxima, rápida y con el músculo fatigado, en especial sobre las uniones miotendinosas.

Los Factores de Riesgo que predisponen a padecer este tipo de lesiones son:

  • Fatiga muscular.
  • Profesión sedentaria.
  • Impactos musculares repetitivos.
  • Falta de sueño/descanso.
  • Falta de ejercicio que fortalezca la zona lumbar.
  • Alimentación e hidratación.
  • Ambientes fríos y húmedos.
  • Enfermedades metabólicas, infecciosas y fármacos.

Diagnóstico y tratamiento

Llegamos al diagnóstico mediante la clínica, debiendo tener especial interés en interrogar al paciente acerca del mecanismo lesional, la presencia de factores de riesgo y las características del dolor.

En algunas ocasiones se pueden necesitar de exploraciones complementarias como: Analítica de sangre, Radiología y Ecografía de partes blandas en casos de duda diagnóstica.

El diagnóstico diferencial lo debemos hacer con:

  • Cambios estructurales, estenosis del canal.
  • Cambios inflamatorios, artritis y espondilitis.
  • Causas degenerativas.
  • Infecciones.
  • Enfermedades metabólicas del hueso, osteoporosis.
  • Neoplasias, metástasis.

Según la severidad del caso podemos recomendar:

  • Tratamiento No Farmacológico.
    • Reposo Relativo.
    • Calor seco a nivel local.
    • Ejercicios suaves que puedan ir fortaleciendo la zona.
  • Tratamiento Farmacológico:
    • La base del tratamiento farmacológico es la analgesia.

Analgesia con:

  • Antinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco).
  • Paracetamol.
  • Narcóticos donde podemos encontrar: Codeina, Fentanilo, Meperidina, Morfina, Oxicodona, Tramadol.

Los posibles efectos secundarios de estos fármacos abarcan:

  • Somnolencia.
  • Alteración del juicio.
  • Náuseas o vómitos.
  • Estreñimiento.
  • Prurito.
  • La mayoría de los pacientes precisan relajantes musculares en pautas cortas, ya que reduce el dolor lumbar, la contractura muscular y permite una movilidad mejor.

Los relajantes más comúnmente usados son:

  • Carisoprodol (mio-relax y relaxibys), suspendidos desde 2008.
  • Ciclobenzaprina (Yurelax).
  • Diazepam (Valium).
  • Metocarbamol (Robaxin).
  • Tizanidina (Sirdalud).

Los efectos adversos de los relajantes musculares son:

  • Dependencia.
  • Somnolencia/mareos.
  • Sequedad de boca.
  • Fatiga debilidad muscular.
  • Alucinaciones.
  • Náuseas y trastornos gastrointestinales.
  • Disminución de la tensión arterial y enlentecimiento del ritmo cardiaco.

Consejo de Seguridad Vial

Los medicamentos son productos legales bajo control y regulación por parte de la administración sanitaria, tanto española (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad) como europea (European Medicinal Evaluation Agency–EMEA-).

Antes de comercializar un medicamento se realiza una exhaustiva investigación del mismo. Uno de los aspectos que se debe evaluar es si el fármaco deteriora o pudiera deteriorar el rendimiento psicomotor y la capacidad para conducir.

El prospecto (y ficha técnica) está regulado por normativa tanto española (Real Decreto 2236/93 de 17 de diciembre) como de la Unión Europea (Directiva Comunitaria 92/27/CEE, actualizada 2001/83/EC).

La Agencia Española del Medicamento ha desarrollado una clasificación de grupos terapéuticos que pueden afectar la capacidad de conducción. Dentro del tratamiento del Aparato locomotor (Grupo M) distingue los antiinflamatorios y antirreumáticos (M01) y los miorelajantes (M03). Cuando un paciente afecto de una contractura muscular deba conducir debemos advertir los posibles efectos de la medicación sobre la conducción.

 

Si prescribimos un relajante muscular, debemos advertir sobre la seguridad vial:

  • Evitar conducir vehículos mientras esté en tratamiento con relajantes musculares.
  • Si presenta mejoría de sus síntomas debe esperar a retirar el tratamiento para volver a conducir.
  • Si persisten los síntomas el paciente no debe conducir, el dolor y la limitación del movimiento hace que la conducción esté totalmente desaconsejada.
  • Son importantes estas recomendaciones por la propia seguridad del paciente y por la seguridad de los demás.