Siete de cada diez incendios en viviendas se producen entre los meses de noviembre y marzo. Un total de 143 personas perdieron la vida por incendios o explosiones durante el año 2015, un 11,7% menos que en el año anterior, tal y como revela el estudio ‘Víctimas de incendios en España 2015’, que elaboramos en colaboración con la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos.
El estudio muestra una clara relación entre el frío y el incremento de víctimas por incendios. Precisamente, los tres meses más fríos del año 2015 (diciembre, enero, y febrero) son los que cuentan con el peor balance. Los tres suman en total 65 víctimas mortales. Enero ha sido especialmente frío con una temperatura media mensual de 6,90 Cº y es este mes el que registra un mayor número de víctimas mortales por incendio, concretamente, 28 fallecidos. El sábado es el peor día de la semana, coincidiendo así con uno de los días en los que se pasa más tiempo en casa (el 23,1% del total de víctimas).
Los aparatos productores de calor como las estufas, los braseros o las chimeneas son la principal causa probable de los incendios con víctimas mortales. Le siguen por orden los que tienen origen eléctrico (aparatos, enchufes, regletas, etc.) y los que se originan debido al hábito de fumar.
Es la intoxicación la que causa más fallecidos (3 de cada 4 víctimas, es decir, el 72%), dejando en segundo plano las quemaduras (el 21%).
Igualmente, hay que destacar que son las personas mayores las más vulnerables y también las principales víctimas. Concretamente el 55% de los fallecidos en 2015 es mayor de 64 años. En 2014 la cifra era muy similar, un 52%, lo que refleja el largo camino que queda por recorrer para evitar que las personas mayores sigan siendo las más perjudicadas.
Hay que hacer hincapié en que 8 de cada 10 víctimas se producen en viviendas y en el 98,2% de los casos se debe a un incendio. Aquí también, los mayores son los más afectados, el 52,7% tiene más de 64 años (58 fallecidos).
El salón es la dependencia de la vivienda en la que se originan el mayor número de incendios (5 de cada 10). Le sigue el dormitorio (el 29,1%) y la cocina (17,7%). “Conocer estos datos nos permite saber dónde debemos colocar los detectores”, así lo manifiesta Carlos Touriñan, vicepresidente de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos.
Desde Fundación MAPFRE pensamos que la prevención y la concienciación son las principales herramientas para combatir este tipo de accidentes. Colocar detectores de humo es una solución para poder anticiparse y reaccionar a tiempo, evitando consecuencias mayores.
Tal y como apuntó durante la presentación del estudio Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, “nos gusta pensar que gran parte de nuestro trabajo consiste en salvar vidas.”